- Los talibanes comenzaron oficialmente ayer un nuevo Gobierno en Afganistán tras el nombramiento de su Gabinete de fundamentalistas, mientras continuaban las protestas en las calles.

Afganistán registró protestas en distintas zonas de Kabul y en las provincias de Parwan, Takhar, Badakhshan y Ghazni, a pesar de la prohibición expresa de la formación insurgente a manifestarse.

En la capital, parte de las protestas fueron impulsadas por mujeres dispuestas a retar a los islamistas en el poder después de que Zainab Mazari, hija del fallecido líder chií Abdul Ali Mazari, anunciara su apoyo a Ahmad Masood, jefe del Frente de Resistencia Nacional (NRF) de Panjshir, la provincia norteña que ha ofrecido una mayor oposición al control de los talibanes.

Varios periodistas informaron además de ataques de los talibanes en las calles, así como de la detención de al menos media docena de periodistas. “Taqi Daryabi y Nematullah Naqdi, dos reporteros del periódico Etilaatroz, han sido brutalmente golpeados tras ser detenidos por los talibanes. En las cabezas, rostros y cuerpos de estos dos reporteros se aprecian marcas de látigos y cables”, informó el periódico local.

Un portavoz talibán, Suhail Shaheen, prometió que respetarán el derecho de manifestación, aunque recordó la necesidad de contar con permisos y criticó que los manifestantes estén utilizando palabras ofensivas contra los actuales líderes.

Por su parte, Amnistía Internacional señaló que los talibanes han planteado “repetidamente” que “respetarán los Derechos Humanos”, algo que se contrapone con los abusos que están quedando de manifiesto en la represión de las protestas.