Pero algo cambió el 30 de noviembre de 2020 cuando Joe Biden se hizo con la victoria sobre Trump por 0,3 puntos porcentuales. Ese mismo día, a las 11.20 de la noche, las redes sociales aventaron la mentira del presidente: “Ha habido fraude electoral en Maricopa porque los votantes han usado rotuladores”. Tal como expresó Dan Zak para The Washington Post, la mentira pronto ganó ímpetu “cuando el vendedor ambulante de desinformación Alex Jones y sus coléricos ciudadanos invadieron el centro de procesamiento de votos del condado”.

Presionados por sus votantes, los oficiales del estado, de mayoría republicana, pusieron en funcionamiento el protocolo de verificación de los resultados. Una primera investigación demostró que no había indicios de fraude electoral. El 30 de noviembre, el gobernador republicano de Arizona certificó la victoria de Biden y el estado refrendó estos resultados de forma oficial en diciembre.

No obstante, el mismo 30 de noviembre el representante republicano de Arizona Mark W. Finchem afirmó que había que preparase para una larga refriega ya que “cuando Satanás quiere apagar una luz, no se detendrá ante nada. Así que manteneos todos alerta, poneos la armadura de Dios y preparaos para luchar”. Por aquellos días, el abogado de Trump Rudy Giuliani organizó un acto más mundano en Phoenix afirmando llanamente que Arizona era un estado rojo, “sin importar lo que indicaran los números”. Trump se adhirió al evento por teléfono y aseguró “sé que ganamos Arizona”.

A fines de abril se llevó a cabo un recuento manual de las 2,1 millones de papeletas del condado de Maricopa y se demostró que Biden había ganado por más de 45.100 votos. Ninguna evidencia de fraude.

GERMEN DEL ASALTO AL CAPITOLIO

Pero el torrente de mentiras generado por Trump ya había abierto su cauce y el movimiento Stop the Steal estaba en marcha. Es un movimiento sin oídos, vacunado contra las evidencias e inmune a la razón y a la verdad, lo que lo convierte en un fenómeno poco adaptativo. Es lo que la profesora de la Universidad de Washington ha llamado “desinformación participativa”, que motivó la insurrección y acoso al Capitolio del 6 de enero.

Bajo el lema “saquemos a los cinco tiranos de sus cargos”, en referencia a los supervisores electorales del condado de Maricopa, se formó un PAC que ha comenzado a organizar eventos “para devolver a Trump lo que es suyo”. Casi lo consiguen. En febrero de este año el senado estatal de Arizona -de mayoría republicana- se quedó a un voto de acusar de desacato a los supervisores, cuatro de los cuales son republicanos, que habrían sido arrestados.

Karen Fann, la presidenta del Senado, procurando organizar un proceso “neutral, imparcial y bipartidista”, contrató por 150.000 dólares a la empresa Cyber Ninjas, una firma de ciberseguridad de Florida que nunca ha realizado una auditoría electoral y cuyo CEO ha sido asociado a grupos y redes sociales que han acusado la existencia de fraude electoral. Ante estas críticas, Fann explicó que la auditoría no pretende anular las elecciones ni los derechos de los electores, sino que intenta dar respuesta al hecho de que en este momento el 48% de los votantes en Arizona no confía en el sistema electoral. “Y merecen una respuesta”. Luego añadió que una empresa que trabajaba para el departamento de seguridad nacional habría costado 8 millones de dólares, de donde se deduce que los electores merecen una respuesta barata.

Desde su inauguración en 1965, el recinto ferial Arizona Veterans Memorial Coliseum ha sido testigo de todo tipo de actos, desde las actuaciones de Bob Hope como anfitrión de los Ice Follies y los macroconciertos de Elvis y los Phoenix Suns, hasta un campeonato de jujitsu, pero nada como “la auditoría electoral forense más completa en la historia de nuestra galaxia”, según expresa una cuenta de Twitter asociada con el senado de Arizona. La mentira es hoy el más grande de los espectáculos.

Katie Hobbs, secretaria de estado de Arizona y, por tanto, máxima autoridad en lo referente a cuestiones electorales, ha expresado que es un problema muy serio porque sienta un precedente en lo referente al recuento electoral: “Estamos escribiendo las normas del juego”. Kim Wyman, secretaria de estado republicana de Washington, ha afirmado que “en mis 28 años de carrera política nunca he visto la toma de control en manos privadas de ningún proceso público relacionado con las elecciones... Esto el salvaje oeste”.

Rod Thomson, portavoz de Cyber Ninjas, ha afirmado a The Washington Post que su empresa “continuará manteniendo un alto nivel de profesionalismo para completar su compromiso con el estado de Arizona”. Pero los trabajadores han dejado a menudo las puertas del recinto abiertas y se ha detectado la participación de personas afines a la campaña Stop the Steal en el interior, por lo que no hay garantía de que no se hayan manipulado las papeletas en el proceso.

Y el último acto de la función. The Gateway Pundit, un sitio web abiertamente pro-Trump, anunció el 14 de mayo que los funcionarios que supervisaron las elecciones en el condado de Maricopa “eliminaron el directorio de la base de datos”. Un día después, el registrador del condado de Maricopa, Stephen Richer, expresó que eso no era cierto: “Estoy literalmente mirando nuestra base de datos de registro de votantes en mi pantalla. Ahora mismo...”. Sin embargo, da igual qué, en una declaración del 15 de mayo en su página web, Trump repitió la mentira: “¡Toda la base de datos del condado de Maricopa en Arizona ha sido eliminada!” Y punto.

Jack Sellers, presidente republicano de la junta de supervisores de Maricopa, calificó el recuento de votos de “intento de legitimar un engaño disfrazado de auditoría” y convocó una rueda de prensa para el lunes 17 de mayo. En dicha reunión la junta presentó ante la prensa una declaración pública en la que los supervisores y Paul Penzone, sheriff del condado de Maricopa, declaraban que la base de datos identificada por los auditores “no fue eliminada del servidor” y que aún está en uso.

TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN

Pero a alguien se le ha ocurrido un nuevo capítulo de la vieja teoría de la conspiración. Ahora proclaman que la administración Trump “puso marcas de agua secretas en las papeletas oficiales” para detectar el fraude en Arizona. De inmediato, el departamento de elecciones del condado de Maricopa ha negado la veracidad de estas afirmaciones y ha confirmado que nunca se han usado marcas de agua ni ninguna otra “marca secreta” en las papeletas. Obviamente, no hay evidencia alguna de la existencia de estas marcas, pero los Cyber Ninjas están usando luz ultravioleta para escanear todas las papeletas... Simplemente se limitan a afirmar “NCSWIC” (“Nada puede detener lo que viene”), un slogan utilizado por los partidarios de la teoría conspiracionista QAnon.

El poder de una mentira es inversamente proporcional a la necesidad de oír la verdad. A un sector del público le hechiza la mentira, porque es digerible y está hecha a su medida: es perfectamente útil.