El Gobierno británico instó este sábado a "resetear" las relaciones con la UE tras la tensión vivida en las últimas horas por la decisión de la Comisión Europea, posteriormente rectificada, de suspender el protocolo de Irlanda del Norte para controlar el paso de vacunas contra la covid.

El ministro británico del Gabinete (un cargo análogo al de ministro de Presidencia), Michael Gove, mantuvo una conversación con el vicepresidente de la Comisión Maros Sefcovic en la que ambas partes se comprometieron a respetar los acuerdos sobre Irlanda del Norte, que permiten el libre flujo de bienes por la frontera con Irlanda.

Gove declaró a la prensa que "la UE reconoce que cometieron un error al activar el artículo 16 (del protocolo), que habría significado la reimposición de una frontera en la isla de Irlanda".

A su juicio, esa decisión, enmendada horas después el viernes por la noche, se tomó sin consultar a las autoridades británicas ni irlandesas "y unió a todos los norirlandeses en su contra". En su conversación con Sefcovic, ambos convinieron en que las relaciones "necesitan un 'reseteo'", según Gove.

El vicepresidente comunitario y el ministro británico colgaron un mensaje idéntico en Twitter en el que manifestaron que la "prioridad compartida" es asegurarse de que el protocolo "funcione para la gente de Irlanda del Norte, proteja los avances del proceso de paz y evite la alteración de la vida diaria".

"(Estamos) comprometidos conjuntamente a redoblar nuestros esfuerzos para abordar los asuntos pendientes", escribieron Gove y Sefcovic. El ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, habló con otro vicepresidente de la CE, en este caso Valdis Dombrovskis, de quien recibió, según dijo en Twitter, garantías de que Bruselas "no desea bloquear" el suministro de vacunas hacia el Reino Unido, en particular de la que Pfizer fabrica en una planta en Bélgica.

Mecanismo para controlar las exportaciones

La crisis suscitada por las vacunas -que ha llevado a la UE a poner en marcha un mecanismo para controlar sus exportaciones a países terceros- ha generado en el Reino Unido un terrremoto político, aprovechado por el Gobierno británico para sembrar las dudas sobre la relación con Bruselas tras el Brexit.

La ministra principal de Irlanda del Norte, la unionista Arlene Foster, ha sido especialmente beligerante al calificarlo de "increíble acto de hostilidad".

Al mismo tiempo que Foster criticaba a la UE por tratar de suspender el protocolo para Irlanda del Norte sólo 29 días después del Brexit, reclamó al primer ministro británico, Boris Johnson, que sea él mismo quien active el artículo 16 para restablecer la frontera, debido a los problemas de suministro que sufre la provincia.