Jerusalén - Los abogados de Benjamín Netanyahu intentaron ayer exonerar al primer ministro de los cargos que pesan contra él en una vista con el fiscal general del Estado, Avijai Mandelblit, que es la última oportunidad para descartar su acusación en tres casos de corrupción y evitar un juicio penal.

El fiscal general convocó desde ayer y durante cuatro días a la defensa para que presente argumentos en tres casos de corrupción en los que Netanyahu es sospechoso de fraude, cohecho y abuso de confianza. Éste no acudió a la vista, sino sus abogados, que presentaron sus pruebas y descartaron la posibilidad de llegar a un pacto para que acepte su culpabilidad. “Estamos seguros de que cuando acabemos (el proceso) no habrá otra opción que cerrar” los casos, declaró a la televisión pública Kan uno de sus abogados, Amit Hadad, quien aseveró que un posible acuerdo con la Justicia “no está en la agenda”. A esta posición se sumó otro de sus letrados, Ram Caspi, quien consideró que hay “bases sólidas” para reconsiderar las sospechas contra el actual primer ministro en funciones, que trata de evitar ir a juicio en un contexto de embrollo político en Israel, donde por ahora no consigue crear gobierno.

Si el fiscal general formalizara la acusación y abriera un juicio oral, el enjuiciamiento le deslegitimaría ante una parte de la opinión pública y le pondría más dificultades para seguir en una posición de poder. Según recoge la ley básica israelí con rango constitucional, Netanyahu no estaría obligado a dejar sus cargos de primer ministro o diputado, pero si finalmente fuera condenado, el Parlamento podría votar su destitución en caso de que el delito implicara “depravación moral”, como en el caso de cohecho.

Este cargo es el más grave que enfrenta y es en relación al llamado caso 4.000 o Bezeq, por el que también es sospechoso de fraude y abuso de confianza. Se sospecha que Bibi, como se lo conoce, hizo favores entre 2012 y 2017 al gigante de telefonía Bezeq a cambio de cobertura favorable en el digital Walla, ambos propiedad del mismo empresario, Shaul Elovitch.