Madrid - Apenas dos días han pasado desde que el Open Arms pudo desembarcar a los 107 migrantes a bordo, que viven una situación de alta tensión emocional y en condiciones de hacinamiento después de 19 días abordo tras ser rescatados en el Mediterráneo.

Estas personas esperan en un centro de acogida de inmigrantes en Lampedusa a que el buque Audaz de la armada española arribe a la isla italiana para traer a España a solo 15 de los migrantes rescatados, que previsiblemente llegará hoy para completar la misión encomendada por el Gobierno. La cuota de quince migrantes es la cifra fijada en el reparto inicial hecho por la Comisión Europea, en el que también participan Alemania, Francia, Luxemburgo y Portugal, explicó la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo. Calvo consideró que lo más útil y eficiente es que el Audaz termine su ruta, traiga al cupo de migrantes que corresponda y complete la “respuesta humanitaria” que inició el presidente Sánchez, cuando envió el buque.

La vicepresidenta en funciones recalcó que, de acuerdo a lo establecido por el Ministerio de Defensa, se ha entendido que era “mucho más seguro hacer el traslado por mar que por aire” y ha subrayado que España tiene “una sociedad solidaria” y prueba de ello son los ayuntamientos y comunidades que se han ofrecido ayudar a estas personas. “España va a recoger a los migrantes en el cumplimiento más estricto de los acuerdos alcanzados con la Comisión Europea”, remarcó también la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, defendiendo a su vez el envío del Audaz. Según Robles, es “la decisión correcta y desde el punto de vista humanitario ha venido ratificada por la posición clarísima de la Fiscalía italiana, que entendió insostenible la situación”.

Ninguna de las dos ministras hizo ayer referencia a la advertencia del Ejecutivo sobre la posible multa de 900.000 euros a la que podría enfrentarse el Open Arms por no tener permiso para rescatar personas, amenaza que ha desatado numerosas críticas de las ONG de rescate en el mar, en especial de Proactiva Open Arms.

En cualquier caso, el barco seguirá en Lampedusa porque, además de la incautación durante dos semanas que decretó la Fiscalía de Agrigento (Sicilia) para analizar pruebas, la Guardia Costera anunció ayer que queda inmovilizado por una serie de “anomalías graves”, relacionadas con la seguridad de la navegación, el cumplimiento de la legislación sobre protección del medioambiente marino y la capacitación y familiarización de la tripulación con los procedimientos de emergencia proporcionados a bordo.

Cinco días de raciones Entretanto, la situación apunta a repetirse pronto ya que el barco Ocean Viking, -con 356 migrantes y refugiados a bordo- solo tiene suministros de comida para los próximos cinco días, tal como alertaban ayer Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée, las dos ONG responsables del buque. “Solo nos quedan cinco días de raciones estándar de alimentos”, avisaba en Twitter MSF, que recordó que los “supervivientes” a bordo llevan 13 días a la espera de un puerto seguro que no termina de llegar. Los médicos han denunciado el “rápido deterioro” de la salud mental de todos ellos.

Las ONG del Ocean Viking solicitaron el 13 de agosto a las autoridades marítimas maltesas e italianas que asumieran la operación, tras lo cual Malta respondió negativamente argumentando que el rescate se produjo en aguas que no son de su competencia e Italia ni siquiera ha contestado de manera formal, según MSF. - Efe