Estrasburgo - La conservadora alemana Ursula von der Leyen se convertirá el próximo 1 de noviembre en la primera mujer en presidir la Comisión Europea tras recibir este martes el respaldo de una mayoría absoluta de la Eurocámara aunque por la mínima, con 383 votos frente a los 374 que necesitaba. Esta ventaja, de tan solo nueve votos sobre los apoyos que necesitaba, acabó siendo mucho menos cómoda que lo que se esperaba durante la jornada en Estrasburgo conforme diferentes grupos políticos con peso en el hemiciclo confirmaban su apoyo.

El grupo centrista de Renovar Europa, por ejemplo, anunciaba a media tarde que una práctica totalidad de sus 108 eurodiputados votaría a favor de la candidata alemana, mientras que la Alianza de Socialistas y Demócratas en la Eurocámara informó minutos antes del voto de que también la respaldaría, si bien su postura entre las delegaciones nacionales estaba lejos de ser unánime. Fuentes del grupo socialdemócrata daban por hechos en torno a un centenar de apoyos para Von der Leyen, lo cual, junto a los 182 votos de su propio grupo, el Partido Popular Europeo, y a otros grupos minoritarios que habían dicho que la apoyarían, debería haberla situado por encima de los 400 apoyos, mucho más holgada.

Sin embargo, el voto secreto impide conocer con exactitud qué eurodiputados han desertado de darle apoyo en el tiempo de descuento, así como si estos proceden de su propia familia política o de la oposición que se había comprometido a respaldarla. Lo que sí se sabe es que la europarlamentaria del PNV, Izaskun Bilbao, apoyaba a la alemana porque “ha aportado programas, proyectos y razones para sustentar su candidatura y me ha hecho sentir emoción por Europa, lo que esperaba de la primera mujer que va a presidir la Comisión Europea”. Entre los argumentos más importantes ha citado los programas social, económico y ambiental de la candidata, su compromiso por la igualdad y la diversidad, el control de la calidad de la democracia en Europa y la actitud. “Estamos, ha dicho, ante una mujer que acogió en su casa a un refugiado sirio que hoy es un ejemplo de integración y superación”.

Pese a lo apretado del resultado, “en política, una mayoría es una mayoría”, zanjó la presidenta electa en una rueda de prensa minutos después de conocerse el escrutinio, donde subrayó que había conseguido sellar los apoyos necesarios apenas trece días después de ser designada como candidata por sorpresa por los jefes de Estado y de Gobierno. En estos trece días ha tenido que formarse y forjar su propia opinión sobre una amplia colección de políticas europeas en las que no tenía una postura en su anterior cargo de ministra de Defensa, así como superar el “resentimiento” de un Parlamento decepcionado con que la candidata no fuera una de las cabezas de lista de los partidos.

Una mayoría en trece días Von der Leyen subrayó que en esos trece días ha logrado forjar “una mayoría proeuropea”, aunque admitió que el formato del voto impide saber qué grupos le han dado finalmente su apoyo y si entre ellos había formaciones euroescépticas y populistas, como los italianos del Movimiento Cinco Estrellas, que habían anunciado su voto a favor.

Von der Leyen, no obstante, restó importancia a este hecho y a la circunstancia de que eurodiputados británicos como los diez laboristas, que podrían estar fuera de la Unión Europea en pocos meses y han votado positivamente, hayan sido los apoyos definitivos que han inclinado la balanza en su favor. “No sé quién ha votado por mí. Sé que era muy difícil llegar a una mayoría, pero creo que hoy la cuestión más importante era dar un discurso que reflejara mis convicciones, uno proeuropeo que fuera un intento de sellar las divisiones”, afirmó. La presidenta electa reconoció que ha habido grupos que han rechazado en bloque su candidatura, como los Verdes, pero aseguró que había sentido “más apertura” en sus réplicas y dijo que acepta que “tienen que conocerla y confiar en ella”. No obstante, consideró como una gran noticia el hecho que los ultraderechistas alemanes votaran en su contra.