Pekín - El Gobierno chino impondrá aranceles desde el próximo 1 de junio a bienes importados de Estados Unidos por valor de 60.000 millones de dólares. Así lo comunicó ayer el Ejecutivo chino en respuesta a la última medida proteccionista adoptada por el Ejecutivo de Donald Trump.

Con esta medida, un nuevo capítulo en la agria disputa comercial que mantienen ambos países, China responde a la última subida de aranceles ordenada por Trump el pasado viernes y que afecta a bienes chinos por valor de 200.000 millones de dólares aproximadamente.

Según anunció ayer el Ministerio de Finanzas chino en un escueto comunicado en su página web, el país asiático espera, pese a la medida, que las dos partes “puedan volver a sentarse a la mesa de negociaciones, trabajar juntos y encontrarse en un punto medio basándose en el respeto muto y la igualdad”.

El ministerio indico también que aumentará diversos aranceles de hasta el 25, el 20 y el 15% sobre un total de 5.140 productos estadounidenses, entre los que se encuentra Gas Natural licuado.

China ya anunció el viernes que se veía obligada a tomar “contramedidas” ante la última subida arancelaria estadounidense, y Finanzas califica la medida como “una respuesta al unilateralismo y el proteccionismo comercial”. En ese sentido, el ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi, advirtió ayer desde Rusia de los “efectos dañinos” que ha tenido “ejercer presión sobre Pekín”, y adelantó que “los intentos de EE.UU. para presionar a China solo exacerbarán la situación en torno al acuerdo comercial”.

El canciller, próximo al presidente chino, Xi Jinping, señaló que, con todo, “las negociaciones chino-estadounidenses han alcanzado un progreso serio y significativo gracias a los esfuerzos de ambas partes”.

“Hay problemas difíciles que requieren un estudio serio y la toma de decisiones”, dijo Wang tras una reunión con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, en Sochi.

Queda pendiente saber si esas dificultades se refieren a que Pekín se habría negado a cumplir con los requisitos de Washington, que pide mecanismos legislativos para proteger la propiedad intelectual de las empresas estadounidenses y un mecanismo de penalizaciones que asegure el cumplimiento de los compromisos acordados por China.

“En tales circunstancias, simplemente no tiene sentido culpar a la otra parte de manera unilateral y, además, transferir la responsabilidad a los demás”, dilucidó el ministro chino, que volvió a repetir que China “defenderá sus intereses y los del comercio internacional” por encima de todo.

La medida no ha cogido por sorpresa a académicos y analistas, quienes consideran que, pese a todo, tanto Xi como Trump están condenados a entenderse. “Xi tendrá que llegar a compromisos con Estados Unidos en los próximos meses. Espero un acuerdo, si no completo, al menos parcial que permita a las dos partes seguir con el comercio y dejar a un lado este tipo de aranceles punitivos”, señaló a Efe Jean-Pierre Cabestan, profesor de Estudios Internacionales en la Universidad Bautista de Hong Kong. “Todavía hay espacio para la negociación. Por supuesto que las fricciones seguirán, no tengo dudas sobre ello. Pero esperemos lo mejor por el bien de todos mientras nos preparamos para lo peor”, comenta Rea Xiao, profesor de Política Internacional de la Universidad de Fudan.

Las negociaciones entre China y EE.UU. para un acuerdo se enfriaron el viernes después de que Washington comenzara a aplicar la subida del 10 al 25% los aranceles a bienes importados del gigante chino.