L parte de la Legión Cóndor del 1 de mayo de 1937 indicaba que "una reacción enemiga para ocupar Bermeo había sido rechazada". De hecho, tras el bombardeo y toma de Gernika, el servicio de radio del Departamento de Gobernación del Gobierno de Euskadi precisó que "la aviación facciosa toma rumbo a Sollube..." No se equivocaban, entre el 1 y el 14 de mayo de 1937 las posiciones del monte Sollube, de 684 metros de altura, sufrieron 23 operaciones de bombardeo. Las posiciones de los montes Jata y Truende padecieron asimismo una lluvia de fuego de similares dimensiones.

Día tras día se reproducía la misma mecánica de guerra, entre ocho y diez horas ininterrumpidas de bombardeo pesado y ligero con bombas explosivas e incendiarias y ametrallamientos aéreos, acompañadas de un intenso fuego de artillería.

El Registro de la actividad de vuelo de la Aviazione Legionaria registró que el 3 de mayo doce bombarderos Savoia-Marchetti SM.81 procedentes de la base aérea de Soria atacaron las posiciones de los montes Sollube y Jata y arrojaron "spezzoni" o bombas incendiarias. Los pesados Junkers Ju52 también bombardearon la zona escoltados por Heinkel He51 y Messerschmitt Bf.109. Además, el parte registró tres vuelos de reconocimiento, ametrallamiento aéreo y bombardeo de doce aparatos IMAM Romeo Ro.37 de Logroño. El parte de la Jefatura del Aire de Salamanca añadía que los Heinkel He45, Heinkel He51 y Heinkel He70 también participaron en estos ataques. Junto a todos los anteriores, cinco Breguet Br.19 y cinco Heinkel He46 acompañados por un Dragon Rapide y los Heinkel He51 de Lakua bombardearon Sollube esa misma mañana. Les acompañaron quince cazas italianos de la escuadrilla 24, veinte de la escuadrilla 25 y veinticuatro de la escuadrilla 26. Todo esto hace un total de al menos 20 bombarderos y unos 25 aviones de ataque a tierra y al menos 65 cazas, los cuales concentraron su fuego, unas 25 toneladas de explosivo,?durante todo un día en las trincheras de Jata y de Sollube que aquel día fue bombardeada en diez ocasiones.

La actividad de la aviación rebelde durante los primeros días de mayo se repitió diariamente a cargo de las mismas unidades aéreas españolas, italianas y alemanas: Cuatro operaciones de bombardeo aéreo y dos horas de fuego de artillería por la mañana y cuatro ataques aéreos por la tarde, a las dos y cuarto, a las tres y cuarto, a las cinco y cuarto y a las seis y media, acompañadas de fuego de artillería. Un mínimo de diez horas de bombardeo diario tuvieron que soportar estas posiciones de montaña durante la primera semana de mayo.

Pero lo peor estaba por llegar. El 6 de mayo los partes rebeldes registran la actividad del conjunto de la masa aérea alemana y española sobre Jata, Truende y Sollube: bombarderos pesados Junkers Ju52, Heinkel He111 y, Dornier Do17, acompañados de aviones de ataque a tierra Breguet Br.19, Heinkel He46, Heinkel He45, Heinkel He51 y Heinkel He70 llevaron a cabo doce operaciones de bombardeo sobre estas posiciones en un solo día. Asimismo, ese 6 de mayo se registra por vez primera la actividad de los Junkers Ju87, Stuka, en el frente vasco.

El frente no se derrumba

Pero el frente no se derrumbó, de modo que el 7 de mayo se produjo uno de los bombardeos más masivos de la guerra en Euskadi. Todas las unidades alemanas e italianas, y buena parte de las unidades de las Fuerzas Aéreas del Norte (FAN) de Lasarte y Lakua llevaron a cabo 17 operaciones de bombardeo en un solo día sobre las posiciones de Jata y Sollube. Es imposible calcular el tonelaje de explosivo que absorbieron las líneas de defensa de Eusko Gudarostea aquel día. Tan solo los aparatos de las FAN lanzaron un mínimo de 3.360 kilos de explosivo y consumieron 1.878 tambores de 7,92 mm (ametrallamiento aéreo). Participaron al menos 25 bombarderos pesados italianos SM.79 y SM.81 y tan solo cuatro de ellos lanzaron un total de 1.600 bombas incendiarias. Los Junkers Ju52 de la unidad K/88 habían bombardeado las posiciones con nueve aparatos y los Heinkel He111 y Dornier Do17 de la unidad VB/88 había efectuado dos ataques. Los aviones de ataque a tierra de la A/88 ejecutaron un ataque y todos los cazas de las escuadrillas 1 y 3 de la unidad J/88 atacaron "durante todo el día". Los Stuka bombardearon dos veces las baterías de costa de Cabo Matxitxako. Las dos baterías de artillería F/88 dispararon sin apenas interrupción. Cuando la columna de infantería rebelde que avanzaba hacia Sollube se hallaba a escasos 200 metros de la cúspide, "observaron grandes incendios". Pero el parte de la Legión Cóndor indica que, a pesar de todo, el frente no se derrumbó: "Sin modificación, pese a los fuertes bombardeos de las fuerzas aéreas".

El reportero del rotativo Euzkadi que visitó las trincheras el 7 de mayo escribió que "cuando llegamos a Sollube, percatados de que el enemigo iba a seguir presionando nuestras avanzadas, para conseguir debilitarlas y abrirse paso, vuela ya sobre el terreno la aviación facciosa, que castiga bárbaramente Sollube, Truende y lomas inmediatas, así como las carreteras, empleando también las ametralladoras. Esta acción es de idénticas características a la de ayer... Los aparatos enemigos han lanzado buen número de incendiarias, particularmente sobre la parte sur de Sollube. El espectáculo es aterrador. Al momento se cubre de llamas y una rojiza nube de humo se eleva hacia lo alto. El ambiente da sensación de ahogo. Pensamos en nuestros hombres que, poniéndose a cubierto de las llamas que se acercan a algunos parapetos, siguen aniquilando al enemigo, que trata de avanzar. Pronto desaparece la montaña en el azul del cielo, cubierto por el humo, confundiéndose la línea divisoria. Sollube queda en tinieblas. Se oye el cañoneo y el ruido de los motores de los aparatos fascistas, ocultos a nuestra vista entre los efectos de su obra destructora. De cuando en cuando se oyen explosiones prolongadas y cañonazos y fuego de fusilería y ametralladora. Las baterías enemigas de Urrutxia y Axuria baten nuestras posiciones, aunque sin resultado para los facciosos".

El parte rebelde del día 8 de mayo declaró ocupada la cima de Sollube, pero las condiciones meteorológicas del 9 de mayo impidieron volar a los aviones de bombardeo por lo que las fuerzas vascas contraatacaron, tomaron las posiciones y se hicieron fuertes. La aviación continuó arrojando bombas de todo tipo produciendo grandes fuegos, "que va extendiéndose considerablemente, hasta quedar la cumbre cubierta de humo. El incendio no cesó en toda la jornada, y por la tarde esas nubes imponentes de humo cubrían Sollube y velaban la línea hasta la parte de Morga, resultando un espectáculo impresionante".

La caída

Tras rechazar varias ofensivas, Sollube cayó el 14 de mayo con un saldo de unos 1.000 muertos en ambos bandos. Como había hecho en Intxorta, el comandante Beldarrain organizó una retirada ordenada hacia las alturas de Jata y otras cumbres de los alrededores.

Durante los ataques a Sollube los gudaris abatieron al menos dos cazas rebeldes con fuego de fusil. Uno de ellos, que cayó cerca de Larrabetzu, era Hans Wandel, uno de los pilotos que había participado en el bombardeo de Gernika. Al atraparlo, le confiscaron la cartera. Tenía una postal para su novia, Else, en la que se leía: "Querida Else, España es un país magnífico. Podemos destruirlo en unas semanas. Ayer hemos sepultado un pueblo [Gernika]. Tuyo, Hans". l

Un mínimo de diez horas de bombardeo diario tuvieron que soportar las posiciones de montaña durante la primera semana de mayo