BILBAO. La situación en esta unidad de la Ertzaintza, especializada en actuaciones antes disturbios públicos y muchos de cuyos integrantes superan ya los 50 años de edad, comenzó a tratarse la semana pasada en el Consejo de la Ertzaintza convocado al efecto.

En dicha reunión, la Consejería que dirige Estefanía Beltrán de Heredia presentó a los sindicatos su propuesta de mejoras laborales y técnicas para la unidad compuesta por siete medidas y se acordó un plazo de una semana para que los sindicatos aportasen las suyas.

La central mayoritaria ErNE acudirá a las reuniones, que serán bilaterales en la base del cuerpo en Erandio, con la exigencia de tratar no sólo la situación en la Briagada Móvil sino también en el resto de unidades, al considerar que el problema de gestión y modelo policial afecta a todos los estamentos del cuerpo.

De la misma opinión es el sindicato ESAN, al que pertenecía el agente de la Brigada Móvil Inocencio Alonso, fallecido en los enfrentamientos entre violentos del Athlétic y del Spartak de Moscú y cuya muerte dio lugar a la convocatoria del Consejo de la Ertzaintza.

Esta central ha manifestado, en un comunicado, su disposición a "intentar llegar a acuerdos que sean beneficiosos para los ertzainas", pero ha advertido de que "si no vemos seriedad y predisposicion de llegar a acuerdos en poco tiempo, optaremos por realizar las medidas de presión que consideremos oportunas junto a otras organizaciones sindicales".

La sección de ELA en la Ertzaintza, por su lado, llevará una propuesta para cambiar el modelo de policía en la Ertzaintza que haga de este cuerpo un servicio público en el que prime su vertiente "asistencial" a la sociedad vasca.

Para conseguirlo, defiende la independencia operativa de los agentes, con mandos del cuerpo que "no obedezcan a filias políticas", y que rinda cuentas ante los poderes ejecutivo, legislativo y judicial y organismos de defensa de los derechos humanos.