Les confieso que hoy iba a hablar de otro tema. Los problemas que Andoni Aduriz tuvo en el aeropuerto y que retrasaron hasta casi el límite su llegada a la cena de gala. Pero Mari Carmen Egurrola se cruzó en mi camino; así que sin dudarlo he optado por contar su historia. Mari Carmen es la viva imagen de la diáspora. Dejó su Gernika natal cuando tenía 20 años para cruzar medio mundo y aterrizar en Boise. Recuerda lo mal que lo pasó porque no sabía nada de inglés. Mari Carmen hoy tiene 84 años, siete hijos y diez nietos. Fue una de las precursoras de la primera ikastola de Boise, donde durante 22 años ejerció de andereño. Y cuando se jubiló no quiso quedarse quieta. Así que se apuntó al coro Biotzetik. Además, acude a un hospital de la ciudad como voluntaria para ayudar a las personas mayores que han olvidado el inglés y el castellano y ya solo se relacionan en euskera. Allí está Mari Carmen cada día cantándoles canciones vascas y llevándoles comida tradicional, como unas tostadas que dicen que están para chuparse los dedos. La energía de Mari Carmen es tal que, ayer, al ver que las autoridades no cantaban el "Gernikako Arbola" en el acto del retoño, se puso a tararearla obligando a los presentes a entonarla. Cuando terminó, dio un golpe de cabeza de satisfacción. Seguro que pensaría: "Se ha hecho como Dios manda".
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