Bilbao. La noche podía haber terminado en una auténtica tragedia para cuatro jóvenes bilbainos. Sin embargo, quiso la fortuna que la intervención de un quinto amigo dejara el incidente en un solo susto, aunque difícil de olvidar.

Cuatro jóvenes habían decidido reunirse ayer por la noche en un local que utilizan como lonja juvenil en la calle Gaztelondo, en el edificio llamado la Nueva Alhóndiga, del bilbaino barrio de Rekalde. El local, lúgubre, precisaba de luz y para obtener la iluminación pretendida encendieron un generador de gas. Al parecer, la mala combustión del aparato -debía tener alguna fuga- unido a la falta de ventilación del local provocó que los cuatro jóvenes fueran poco a poco perdiendo facultades hasta quedar inconscientes.

Fue entonces cuando la intervención del quinto amigo se hizo providencial. El joven accedió al lugar ya de madrugada y, al abrir la puerta, se encontró a sus cuatro amigos tendidos en el habitáculo sin conocimiento. Rápidamente, llamó a los servicios de emergencia, al 112, que movilizó varias ambulancias de la DYA así como las UVI para atendender a los heridos. Patrullas de la Ertzaintza y de la Policía Local de Bilbao también se personaron en el lugar para investigar el suceso.

Cruces y Basurto Los servicios médicos constataron allí mismo que los cuatro jóvenes tenían una leve intoxicación por inhalación de gas. Pese a ello, se decidió trasladarles a los hospitales de Cruces y Basurto, con el fin de someterles a un examen médico más exhaustivo. La ambulancia de la DYA trasladó al centro baracaldés a dos de los jóvenes, con síntomas leves; mientras que sendas ambulancias UVI se llevaron a los otros dos hasta el centro bilbaino. Uno, con un pronóstico leve, y el segundo, con un pronóstico reservado.

Según confirmaron a DEIA fuentes de ambos centros hospitalarios, los cuatro jóvenes recibieron el alta ayer por la mañana, después de haber pasado la noche en Observación.

El edificio Nueva Alhóndiga Gaztelondo acoge al menos cinco pisos con lonjas cerradas que son utilizadas por los propietarios para diversos fines: garajes, trasteros, talleres e, incluso, lonjas alquiladas por cuadrillas de jóvenes que las habilitan como centro de reunión y como locales de ensayo de sus grupos musicales. Algunos de ellos son habitáculos cerrados, con escasa ventilación e iluminación.

La sombra de la tragedia rondó ayer Bilbao como lo hizo hace un año -el 7 de enero- en Elorrio. Entonces un joven de 24 años falleció al incendiarse la lonja donde dormía por el contacto de un cable defectuoso y un mueble.