zornotza. En la sencillez, el tacto y el trato en todas las dimensiones se descubre la elegancia de una persona que logró ocupar un hueco, permanece y permanecerá para siempre en la mente y en el corazón de aquellos que tuvimos la gran oportunidad de conocerle y tratarle personalmente.
Una persona, ante todo humana, cercana a la sociedad en general, de gran fortaleza física y moral, con gran sensibilidad y entrega, en la medida de lo posible, a los problemas actuales de la ciudadanía. Demostró capacidad para situarse a la altura de las circunstancias en cada trato social, momento y lugar, dejando huella en todas y cada una de las parroquias a las que dedicó su vida, prueba de ello han sido las diferentes y esporádicas conversaciones acerca de su persona y con ciudadanos de las diferentes parroquias que llegaron a tratarle.
Tímido y prudente, lo reconozco, por sus alegaciones, en los inicios tras ser nombrado principal encargado la basílica de Nuestra Señora de Begoña de Bilbao en 1996, por expreso deseo del fallecido obispo auxiliar don Karmelo Etxenagusia.
En el período que tuvo lugar esta relevante misión pastoral, ejerciendo como párroco los diez primeros años y como rector en lo sucesivo hasta el 2 de enero de 2013, fecha en que tuvo lugar su fallecimiento, se hace destacar su gran labor evangélica, su constancia y dedicación plena. Su gran virtud humana en el momento de transmitir confianza y cercanía al ciudadano. Queda demostrada su capacidad intelectual para llevar a cabo la encomienda, consiguiendo, año tras año, una gran afluencia de visitantes y seguidores de nuestra Amatxu de Begoña.
Me atrevo a reconocer públicamente a la citada basílica en su máximo esplendor durante su mandato. Personalidad cultivada, con conocimiento de causa, de gran valentía, crítico con las pasadas y presentes injusticias políticas y sociales. Con gran talento a la hora de reflejar sus opiniones prioritarias, de puño firme y, sin rodeos, clara letra, decenas de artículos escritos al alcance de todos que reflejaron su pensamiento, su lucha por el camino de la verdad, han supuesto el deleite de quienes seguimos con atención en cada momento.
Cientos de eucaristías por él mismo presididas resultaron verdaderas celebraciones y es que transmitir el evangelio de Jesús el Nazareno en el modo que acostumbraba no está al alcance sino, si me permiten la expresión, de unos pocos privilegiados.
Compañeros y compañeras de fatigas en su más que satisfactoria y ardua tarea, feligreses asistentes y visitantes de la basílica, y sobre todo la propia Amatxu de Begoña, conocidos y allegados a su persona, lloran su ausencia física, con el consuelo que supone su presencia espiritual que resultará inamovible para siempre.
Jesús, sigo sin entender, a ciencia cierta, el verdadero por qué de este triste acontecimiento. En ocasiones me pregunto por qué los mejores nos abandonan antes de lo esperado. Supongo que Alguien, en algún momento y lugar, conocerá la respuesta.
Jesús, gracias por tu persona, por tu legado, por todo cuanto nos brindaste.
Jesus, eskerrik asko. Beti zurekin eta zure espirituarekin.