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El modelo D barre en la selectividad

El modelo D barre en la selectividad

Bilbao. Los resultados de la selectividad 2011 vuelven a poner de manifiesto la imperiosa necesidad de superar el sistema de modelos lingüísticos. Un debate que la consejera de Educación, Isabel Celaá, se ha negado a abordar consciente de que su idea de escuela en materia lingüística no tiene consenso político, ni apoyo en el mundo educativo. La diferencia de rendimiento entre modelos es una constante, y que los peores resultados se obtienen en el modelo A (solo en castellano), fundamentalmente en la red pública, un problema difícil de ignorar. Al igual que las últimas Evaluaciones Diagnósticas o los últimos Informe PISA, la última prueba de acceso a la universidad confirmó que el alumnado con peor rendimiento académico, aun aprobando, es el del modelo A. Y los mejores fueron los de modelo D (solo en euskera).

En concreto, la diferencia en cuanto al porcentaje de aprobados fue de cuatro puntos a favor de aquéllos que realizaron su formación en modelo D (97,1%) frente al modelo A (92,9%). No obstante, decir que el modelo D es el mejor y el A peor sería simplificar la cuestión, ya que la diferencia de rendimiento tiene más que ver con los condicionantes socioeconómicos del estudiante y la titularidad del centro que el idioma en el que estudia. Así lo vuelve a constatar el último estudio realizado por Servicio Vasco de Estadística. El Eustat señala que al analizar la evolución del porcentaje de aprobados en las pruebas de selectividad, según la titularidad y el modelo lingüístico, durante estos últimos diez años, se observan "diferencias significativas".

Así, mientras que en los centros privados el modelo lingüístico no es una variable que influya en los resultados de selectividad, en los centros públicos el modelo marca la diferencia. De hecho, el porcentaje de aprobados en los centros públicos que cursaron en el modelo A, en estos diez años, osciló entre un 83% y un 89%, con un promedio de un 87%. En cambio, en los mismos centros, con un modelo D, el intervalo fue de entre un 94% y un 97%, con una media de un 95%, es decir, una diferencia de ocho puntos porcentuales en su favor.

Por el contrario, la diferencia entre el modelo lingüístico A y D en los centros privados es mínima, con una media de un 94,8% y un 95,5%, respectivamente, si bien, en los últimos tres años los estudiantes del modelo D se han destacado, situándose por encima. Dejando la cuestión lingüística de lado, cabe destacar que el número de aprobados en la selectividad sigue siendo alto. Un total de 9.702 jóvenes de los 10.164 que se presentaron a la selectividad este año en Euskadi superaron las pruebas, lo que representa un 95,6% del total. Su nota media, ponderada con la de Bachillerato, fue de 6,8, rozando el notable. Los chicos sacaron un 6,7 y 6,9 las chicas. Atendiendo a la titularidad de los centros, el 96,4% de los estudiantes que provenían de centros privados superaron la prueba, dos puntos porcentuales más que los provenientes de centros públicos.

Novedades en las prácticas. Los universitarios podrán hacer prácticas voluntarias desde el primer curso. El Gobierno aprobó ayer en el último Consejo de Ministros antes de las elecciones del 22-N la nueva regulación de las prácticas académicas externas de los estudiantes universitarios con el fin de hacerlas más acordes a la realidad actual y al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Según el Ministerio de Educación, las prácticas extracurriculares serán de "carácter voluntario" durante su periodo de formación y que, aunque no forman parte del Plan de Estudios, serán contempladas en el Suplemento Europeo al Título. Tendrán una duración preferentemente no superior al 50% del curso académico, tal y como ocurría hasta el momento.

Entre las novedades de estas prácticas, el Real Decreto destaca la no vinculación a la superación de cierto número de créditos ya que se considera "conveniente" la posibilidad de realizar prácticas desde los primeros cursos. Según el Ministerio, con estas prácticas se persigue "contribuir a la formación integral de los estudiantes, el complemento de su aprendizaje, la adquisición de una experiencia práctica favorecedora, no solo de su inserción en el mercado de trabajo".

Por otra parte, el texto señala expresamente que "en ningún caso podrán derivarse obligaciones propias de una relación laboral, ni su contenido podrá dar lugar a la sustitución de la prestación laboral propia de puestos de trabajo". Asimismo, se prevé que en el caso de que el estudiante se incorporase a la plantilla de la entidad colaboradora, el tiempo de las prácticas no se computará a efectos de antigüedad ni eximirá del período de prueba, salvo que en el oportuno convenio colectivo aplicable estuviera expresamente estipulado algo distinto.

En cuanto a la evaluación de las prácticas, se establece el contenido de los informes y memorias en los que se expresan los resultados de las prácticas, y se establece el contenido mínimo que debe tener el documento acreditativo de haber realizado las prácticas, que también se incorporará al Suplemento europeo del Título. Otra de las novedades está en el hecho de que, además de recoger los derechos y deberes de los estudiantes en prácticas, también se regulan los de los tutores.