El padre de la geometría de lo irregular
Bilbao. Bajo su apariencia de abuelito cariñoso se escondía una de las mentes más privilegiadas de las matemáticas del último siglo. Benoît Mandelbrot, el padre de la geometría de los fractales, falleció el pasado jueves en la ciudad estadounidense de Cambridge, a los 85 años, como consecuencia de un cáncer, explicó la familia.
Mandelbrot había nacido en Varsovia el 20 de noviembre de 1924, pero se refugió con su familia en Francia, donde adquirió la nacionalidad, y trabajó en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS). Por eso, el presidente francés Nicolás Sarkozy ha evocado su memoria en un comunicado: "Un espíritu pujante, original, que nunca dudaba en innovar y en abrir brechas en las ideas recibidas".
Tras la Segunda Guerra Mundial vivió algún tiempo en Estados Unidos y en 1958 empezó a trabajar en el centro de investigación de la empresa IBM. A su muerte era catedrático emérito de la Universidad de Yale.
No fue, como es habitual entre matemáticos, un investigador cuyos teoremas y conjeturas culminan antes de cumplir los cuarenta. Mandelbrot empezó pronto, pero acabó el día antes de su muerte. Su curiosidad nunca bajó la guardia.
El matemático desarrolló en los años setenta los objetos fractales, una nueva clase de objetos matemáticos que fueron juzgados "monstruosos" por cierto número de sus colegas, según sus propias palabras. Pero sus descubrimientos tuvieron aplicación en numerosos campos, como la geología, la medicina, la astronomía y la ingeniería, sin olvidar las finanzas y la anatomía.
Una de sus últimas intervenciones públicas se produjo en el Congreso Internacional de Matemáticos ICM2006, celebrado en Madrid. El término fractal, del latín fractus (roto), fue acuñado por Mandelbrot en 1975. En el ICM2006 explicó: "Salvo unas pocas excepciones, como el ojo o la Luna, las formas de la naturaleza son rugosas, irregulares, no homogéneas ni simples. Y [hasta el estudio matemático de los fractales] las matemáticas se han concentrado siempre en figuras simples. Me siento muy afortunado por trabajar en las matemáticas de lo irregular".
Los fractales son fáciles Quienes saben de verdad dicen que los fractales, es fácil, son como una coliflor con formas simétricas. Esto quiere decir que cada pequeño trozo es exactamente como la coliflor de sí misma. Es una curva que se reproduce hasta el infinito. Cuando se ve el objeto desde más cerca se encuentra la misma curva.
En las últimas décadas los fractales han invadido múltiples ámbitos, como explicaba el propio Mandelbrot en Madrid: "Piensa en las antenas: en muchos dispositivos modernos las antenas son fractales porque son mucho más eficientes. O en las paredes de las casas; si fueran fractales absorberían el ruido, y de hecho ya hay patentes de muros fractales con textura rugosa que absorbe el ruido en vez de reflejarlo".
La lista de ejemplos es larga: un nuevo cemento basado en materiales fractales que impiden que el agua entre y deteriore la estructura del edificio; elementos de microelectrónica con estructura fractal... "La tradición era pensar en formas suaves; al romper esta tradición, los fractales se están volviendo cada vez más útiles", dijo Mandelbrot.
Cuando era muy joven, Benoît Mandelbrot conoció en Princeton al gran John von Neumann, al gran Kurt Gödel y al gran Albert Einstein. La grandeza intelectual quizá sea contagiosa porque con Benoît Mandelbrot también se va uno de los grandes.
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