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La referencia del comercio local de Basauri

La referencia del comercio local de BasauriFoto: deia

Basauri. La pasada semana fallecía Manu Pascual González, una referencia del comercio local de Basauri, adonde llegó desde aguas arriba del Nervión, desde su Miraballes natal, hace cerca de medio siglo, para montar un pequeño negocio de sastrería y camisería con sus hermanos, que luego fue ampliando hasta contar, al día de hoy, con tres locales, además de formar parte de la sociedad propietaria del único hotel del pueblo, el Armiñe.

Basauri pierde a un hombre emprendedor, que un año después de jubilarse seguía sin perder de vista la marcha de los negocios y, quién sabe si no estaría ya dándole vueltas a algún nuevo proyecto. Quienes le conocieron cuentan una y mil anécdotas, como para publicar un best seller. José Luis López, fundador de la ikastola local, aún se emociona al recordar cómo Manu les apoyó cediendo para la txosna de fiestas de San Fausto, a finales de los 70, el local que hoy es la tienda principal: "De allí sacábamos el 50% del presupuesto".

Para muchos, su fallecimiento fue, es todavía hoy, una sorpresa. "Pero si estuve con él hace un par de meses...", ha sido el comentario habitual de estos últimos días en Basauri. Sorpresa pero cruda realidad. Manu no ha podido con esa enfermedad de nombre maldito que a tantos y tantas ha tenido, tiene y, por desgracia, tendrá, en vilo.

Decir que Manu Pascual era un profesional del comercio puede no sonar bien, pero la realidad de su quehacer diario al frente de sus tiendas de ropa encaja perfectamente con la definición más positiva del término. A Manu el comercio le viene de herencia familiar. Su padre, natural de Barakaldo, casado con una chica de Arrankudiaga, empezó con una modesta zapatería en Miraballes para pasar de remendar y vender zapatos a dedicarse al negocio de la sastrería, vendiendo trajes a medida que otros sastres confeccionaban, hasta que sus hijos aprendieron el oficio. Cuentan que Manu tuvo dudas iniciales sobre la profesión elegida.

Eran los tiempos en que no existía prácticamente ropa confeccionada, el hoy famoso prêt-à-porter (listo para llevar), y había que partir de cero, eligiendo la tela y confeccionado después los pantalones, chaquetas, camisas o abrigo. "Tiempos duros" , como reconoce Vicente, el pequeño de la saga.

De Miraballes a Basauri, donde montaron a finales de los años 60 del pasado siglo una pequeña pero bien situada tienda de no más de 60 metros cuadrados. Eran los tiempos en que Basauri llegó a sus más altos índices de población. Como recuerda Vicente: "Hace cuarenta años aquella tienda fue un éxito. Había épocas del año, sobre todo en rebajas, que estábamos hasta diez dependientes atendiendo y con diez clientes, y teníamos que cerrar con llave porque no cabíamos más".

Con el tiempo, los Pascual ampliaron el negocio en el propio Basauri, Bilbao y Galdakao. Manu era el alma máter de toda la cadena. Desde el trato y la negociación con los proveedores hasta la venta directa al cliente final. La diferencia con otros comercios y la oportunidad de poder competir con el atractivo que para los basauritarras tenía Bilbao era disponer de proveedores de género de calidad. Y Manu sabía cómo buscarlos y cómo conseguirlos.

Pero el buen producto hay que venderlo. Y Manu, contradiciendo el conocido refrán el buen paño en el arca se vende, sabía promocionarlo, exponerlo, conocía los gustos de sus clientes y, sobre todo, sabía cómo tratarlos. Profesionalidad sí, pero, sobre todo, cercanía se llama esa cualidad que él tenía y que ha sabido transmitir a su equipo de colaboradores y con la cual se ganó el cariño y el afecto de los basauritarras. Goian bego, Manu.