¿Puede ser que la exclusión de Euskadi del reparto de fondos europeos para la mejora de las carreteras sea fruto de un olvido del Gobierno español, de un movimiento no deliberado? Esa posibilidad está descartada. La parte vasca ya se había encargado de dar la voz de alarma hace meses cuando se realizó el primer reparto sin dar un solo euro a la comunidad autónoma. Antes de la denuncia pública que ha realizado el PNV, el Gobierno vasco trató de reconducirlo en marzo. Fuentes del departamento de Hacienda consultadas por este periódico revelan que el consejero Pedro Azpiazu se dirigió por carta el pasado 2 de marzo a la ministra de Transporte, Raquel Sánchez, para pedirle una reunión y denunciar esa “inasumible” exclusión de la red vasca, que es de competencia de las diputaciones forales y, por tanto, no aparece recogida en las inversiones para la red general del Estado.
En la carta, a la que ha tenido acceso este periódico, Azpiazu le transmite su “incomprensión y desacuerdo”. La carta se la envió tras la primera remesa, de 343 millones, para las obras en los túneles de alta capacidad, donde el Ejecutivo de Sánchez solo contemplaba invertir en la red general de carreteras del Estado.
“Incomprensión y desacuerdo que devienen del hecho de que se trata de intervenciones que se están realizando o se van a realizar con fondos procedentes de una iniciativa extraordinaria de la Unión Europea, uno de cuyos principios radica en el fomento de un crecimiento sostenible e integrador con el fin de lograr la cohesión económica, social y territorial, por lo que entenderá que la citada exclusión de las redes forales de carreteras resulta inasumible por nuestra parte en tanto que, en la materia que nos ocupa, la seguridad de los túneles, por la información con la que cuento, también en dichas redes forales se constatan evidentes necesidades y se cuenta con proyectos concretos para afrontarlas, y todo ello con independencia de qué instituciones sean las titulares y/o gestoras de tales infraestructuras”, zanjaba en la carta. Las fuentes consultadas aseguran que tienen identificadas necesidades de obras en los tres territorios, especialmente en el vizcaino.
Azpiazu le insta a “corregir su decisión, de tal manera que Euskadi reciba el importe que le corresponde”. “Le expreso nuestro interés en mantener una reunión para exponerle con detenimiento y detalladamente las necesidades y proyectos”, decía. Azpiazu terminaba mostrando su “mejor voluntad y absoluta disposición para solventar la situación de manera satisfactoria” porque sería “en beneficio de todos”.
Tras esta carta, llegaría una segunda remesa de 303 millones, con ninguno para Euskadi. Las fuentes consultadas añaden que también sucedió con los centros de alto rendimiento deportivo.