He de confesar que el señor Vizcaíno nunca ha sido santo de mi devoción por el lenguaje que utiliza en sus artículos de opinión, palabras rebuscadas e imposibles de entender, pero lo que menos me gusta de él es que para criticar al señor Abascal se meta con el pueblo de Amurrio. Yo vivo en Amurrio y conozco al señor Abascal, que he de decir que tampoco me cae especialmente bien, más bien al contrario. Señor Vizcaíno, si quiere hablar de Abascal, hágalo pero no mencione despectivamente al pueblo de Amurrio que es de donde es. ¿A qué viene eso de decir caudillín de Amurrio? Métase con él, dé su opinión, Amurrio pero deje fuera al resto de ciudadanos de Amurrio. Seguro que es usted inteligente y habrá captado el mensaje. Déjenos tranquilos y siga con su cruzada contra el señor Abascal, si así es su deseo.