Los incendios se han disparado en la primera semana de septiembre en la región central de la selva amazónica brasileña, que atraviesa una época de estiaje y de temperaturas elevadas.
En esta semana, las autoridades brasileñas han identificado 2.597 incendios en el estado de Amazonas, cifra que supone un tercio del total de los fuegos que se registraron en la misma región a lo largo de todo el mes de septiembre de 2022.
Septiembre es la época más seca y en la que se desatan más fuegos en Amazonas, el mayor estado de Brasil y el que posee una mayor superficie de selva conservada de todo el país.
Sin embargo, este año está siendo "un año realmente atípico" en relación a los incendios, según ha declarado este jueves a EFE el secretario de Medio Ambiente del municipio de Manaquiri, Evanaldo Nascimento dos Santos.
La carretera Am-354, que une Manacapuru y Manaquiri, localidades al suroeste de Manaos, la capital regional, está sumida en el humo en toda su extensión y los incendios brotan en numerosos puntos de la selva, según ha podido ver un fotógrafo de EFE.
SIN MEDIOS
El incendio de mayores proporciones afecta a una reserva ambiental e indígena en la localidad de Nova Canaã, "que lleva 20 días quemándose", según ha afirmado Dos Santos.
Esa reserva se trata de una zona de difícil acceso, puesto que el nivel de los ríos está demasiado bajo para llegar a ella por barco, el medio de transporte más habitual en esa área.
Dos Santos ha afirmado que el municipio carece de medios suficientes para hacer frente a los fuegos y asegura que ha pedido ayuda a las autoridades del estado de Amazonas y del Gobierno federal, pero no han recibido ninguna respuesta.
38.542 INCENDIOS EN 2023
Desde el comienzo del año, se han registrado 38.542 incendios en la selva amazónica brasileña, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués).
Ese dato supone una reducción del 40% con respecto al año pasado y es el mejor dato desde 2018.
Varios grupos ambientalistas han atribuido esta mejoría al refuerzo de los órganos de vigilancia medioambiental promovido por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, desde que regresó al poder el 1 de enero pasado.