Es un avión? ¿Es Superman? ¡No! ¡Es un pájaro! Las aves han llamado la atención del ser humano desde el comienzo de los tiempos. De hecho, la cría de aves de corral y cetrería se ha practicado desde la antigüedad en numerosas culturas. El propio Aristóteles se interesó por las características de estos animales con el cuerpo cubierto de plumas y dos alas aptas para el vuelo. Sin embargo, más allá de la belleza de plumajes, de los cantos y vuelos y de su valor alimenticio, existe una rama de la zoología que se dedica al estudio de las aves: la ornitología.  

La publicación Ecológica Verde, una página web fundada en 2010 "por dos ecólogos activistas", cifra en los siglos XVI y XVII el inicio de la ornitología como una herramienta científica. "Durante el renacimiento se crearon múltiples enciclopedias de ornitología. Para el siglo XVI fue cuando explotó la corriente naturalista, donde se empezó a explorar la naturaleza profundamente a través de los viajes, para elaborar compendios y documentos elaborados". 

Según afirman, la ornitología se popularizó considerablemente en el siglo XIX de la mano del naturalista inglés John Dovaston. "Creó múltiples herramientas para estudiar a las aves, entre ellas los alimentadores colgantes para aves. En 1830 creó un ornitoscopio, un tipo de telescopio para estudiar a las aves en su entorno natural y a distancia. Esto dio el paso a que se emplearan los binoculares, haciendo a la ornitología más popular y atrayendo a aficionados u ornitófilos, pues la técnica hacía más fácil y disfrutable al estudio".

CAMPOS DE ESTUDIO

La ornitología estudia todo lo relacionado con las aves, lo que abarca un campo sumamente extenso que se podría resumir en su origen y evolución; la clasificación taxonómica de los diferentes grupos y especies; distribución geográfica y migraciones; estudio de la morfología y características fisiológicas, lo que incluye, entre otros, picos adaptados a diferentes alimentaciones, diferencias en las patas y la adaptación a los hábitats; conducta de las aves; ritmos circadianos diarios y estacionales; formas de comunicación, como puede ser el canto; la conservación y las amenazas particulares que sufre cada grupo de aves; y por último, la metodología para el avistamiento e identificación en el campo o zona de estudio en la naturaleza.

Los vistosos colores del plumaje de los pájaros es uno de sus principales reclamos. Pexels

AVIFAUNA EN PELIGRO

Las alarmas saltaron con un estudio ornitológico publicado por la revista Science en 2019 y del que se hizo eco la revista National Geographic. Según este trabajo, el declive de la avifauna ha sido especialmente dramático en Estados Unidos y Canadá ya que "se ha reducido un 29% en tan solo 50 años, lo que equivale a 2.900 millones de ejemplares". El desastre medioambiental es muy severo. El conteo incluye un seguimiento de la evolución de las poblaciones de 529 especies durante el último medio siglo y afecta muy especialmente a las aves más comunes: gorriones, alondras y estorninos, "que han visto reducido su número en un 75%". 

La comunidad científica se mostraba muy preocupada ante este fenómeno, ya que estas especies son fundamentales para los ecosistemas, "pues controlan las plagas, polinizan las flores, propagan las semillas y son vitales para los bosques". La tendencia a la baja es generalizada. Según la organización conservacionista SEO/Birdlife, durante el período 1998-2018 las poblaciones de aves agrícolas de la Península Ibérica han caído un 20%

CAPITALES MUNDIALES

24.000 pájaros, más de 4.000 criadores de 60 países de todo el mundo y 60.000 visitantes. Estas son las mareantes cifras que esperan en la ciudad toledana de Talavera de la Reina en el Campeonato Mundial de Ornitología en 2024. Hasta ahora, el municipio asociado a la tradición ceramista, había acogido la prueba estatal. El evento internacional supone un gran salto cuantitativo y se desarrollará durante el mes de enero en las instalaciones de Talavera Ferial. El acuerdo se ha alcanzado este verano con la Confederación Ornitológica Mundial (COM). Talavera sustituirá de este modo a Nápoles, sede del campeonato en 2023. Alicante fue la última sede del 69 Campeonato Mundial de Ornitología, celebrado entre el pasado 21 y 23 de enero.  

El Delta Birding Festival (DBF) es la gran feria catalana de observación de aves. Tiene lugar coincidiendo con el cambio de estación entre el verano y el otoño en el recinto Món Natura del Delta del Ebro. Este año el evento estuvo marcado por un espinoso asunto que señalaba directamente a Luis García Garrido, hombre clave de la estación biológica de Doñana y figura destacada de la conservación de pájaros. Una docena de personas han denunciado a este eminente ornitólogo por una serie de fotografías que, presumiblemente, habría hecho a unas jóvenes voluntarias sin su consentimiento. 

El festival ornitológico catalán se celebró durante los días 23, 24 y 25 de septiembre con un programa de actividades que incluyó exposiciones, conferencias, proyecciones y, uno de los platos fuertes, las salidas a observar aves. Ávidos y expertos birdwatcher de todo el planeta se reúnen en esta cita imprescindible para los amantes de los pájaros. Muestran al público sus fotografías, aportan valiosas herramientas y trucos para los observadores de aves y revelan cuantiosa información aderezada en muchos casos de un alto contenido estético. La belleza en la ornitología es uno de los factores que explican las razones de su seguimiento. 

El canto de los pájaros varía mucho en función de la especie. Pexels

LA GRAN BIRDER

Tiene mucho mérito. Y por partida doble. En un terreno dominado por el género masculino, al menos hasta no hace demasiado, la gran birder Phoebe Snetsinger fue la primera persona en ver más de las 8.000 de las diez mil especies existentes de pájaros. Además, la hazaña se llevó a cabo después de que en 1981 le diagnosticaran un cáncer terminal. Aunque los médicos le habían pronosticado un año de vida, la ornitóloga americana desafió a la ciencia y falleció casi dos décadas más tarde, en 1999, en un accidente de tráfico en Madagascar. Tenía 68 años. 

Curiosamente, el melanoma (un tipo de cáncer de piel) le sirvió de acicate para meterse de lleno en el apasionante ámbito de la observación de aves. Y fue la mejor. Recorrió el mundo desafiando la enfermedad, incluidos lugares remotos y zonas en conflicto, para conocer y ver de cerca a los pájaros que tanta curiosidad y pasión le despertaban. Fue una firme defensora del medio ambiente y de la naturaleza. Una absoluta pionera. Phoebe Snetsinger enarboló la bandera feminista de manera involuntaria: desde entonces algunas cosas están cambiando en este mundillo en favor de la igualdad.

Para hacer avistamiento de aves es muy importante no hacer nada de ruido para evitar espantarlas. Pixabay

LECHUZAS PAJARERAS

El grupo de mujeres Lechuzas Pajareras-Women Birders Group se juntó por primera vez en Fuerteventura en 2019. El encuentro inaugural tuvo lugar unos meses antes de la pandemia, lo que durante un tiempo truncó los planes de la organización. Pero ya han vuelto a la carga. Estas mujeres tienen un claro objetivo: abrir camino en el campo de la ornitología desde una perspectiva feminista. En su cuenta de Facebook escribieron lo siguiente en marzo de ese año: "Nuestro propósito es que las mujeres pajareras den a conocer la existencia de ellas mismas, de su trabajo y de las circunstancias en que lo desarrollan".

La ONG -con sede en Santander- se ha convertido en un pequeño refugio dentro de un sector históricamente asociado a los hombres. Estas mujeres que se dedican al estudio y la conservación de las aves denuncian el "machismo" y "paternalismo" que a menudo han tenido que sufrir en el mundo ornitológico. Las Lechuzas Pajareras son muy activas. Participan con asiduidad en distintos encuentros y certámenes, pequeños y grandes, donde exponen el trabajo de otras compañeras que a menudo han sido ignoradas o silenciadas. El pasado 17 de septiembre, dos miembros de la organización, Uca Díaz e Isabel Vidal, ofrecieron una charla titulada 'Las mujeres en la ornitología' sobre "algunas de las pioneras de la conservación de aves, desde 1300 hasta nuestros días".

Aves, pájaros. Pexels

Pajarear en el Txingudi

Se trata de un enclave natural relativamente poco conocido entre Hondarribia, Irun y Hendaia. El parque de Plaiaundi, con vistas a la bahía de Txingudi, es un impresionante refugio para las aves migratorias por su ubicación estratégica; entre el Pirineo occidental y el Golfo de Bizkaia. Txingudi recibe la visita de numerosas aves acuáticas que utilizan los humedales como lugar de parada y descanso. El parque colma las aspiraciones de los birdwatchers. Se estima que en este lugar que acoge a millones de aves en plena ruta migratoria se han visto más de 250 especies distintas. 

El catálogo de aves impresiona teniendo en cuenta que este entorno de la comarca del Bidasoa ha sido castigado por un voraz desarrollo urbanístico: las marismas se encuentran rodeadas de las vías de topo y tren, el aeropuerto, unas instalaciones deportivas y los edificios limítrofes de Irún. Toda esta operación urbana contrasta con la vida marina y salvaje de la bahía Txingudi, que se distribuye a lo largo de dos zonas diferenciadas. 

Por una parte, está el parque ecológico de Plaiaundi en Irún, que cuenta con dos kilómetros de senderos y torres y casetas de observación; por otro, el pasillo verde y azulado de las marismas del barrio Jaizubia de Hondarribia, una transición natural de tres kilómetros desde el río al mar, salpicada de marismas y humedales a los pies del monte Jaizkibel. En la casa conocida como Ekoetxea Txingudi, en plena desembocadura del río Bidasoa, se puede ampliar la información relativa a la bahía, las marismas y las aves que realizan aquí una parada casi obligatoria.