AMOREBIETA: Campos; Álvaro Núñez, Bustinzza, Etxeita, Felix; Troncho (Min. 71, Rayco), Carbonell (Min. 77, Morán), Yriarte (Min. 77, Sibo), Dorrio (Min. 63, Morcillo); Eraso (Min. 63, Unzueta) y Jauregi.

RACING: Ezkieta; Dani Fernández, Hernando, Germán (Min. 63, Rubén Alves), Mario García (Min. 46, Saúl); Aldasoro, Sainz-Maza; Sangalli (Min. 46,Mboula), Peque, Lago Junior (Min. 80, Grenier); y Arana (Min. 72, Ekain).

Gol: 0-1: Min. 15; Dani Fernández.

Árbitro: Caparrós Hernández (Comité Valenciano). Amonestó a Bustinza, Yriarte y Morán, por el Amorebieta; y a Mario García, Sangalli y Aldasoro, por el Racing.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésimo quinta jornada de LaLiga Hypermotion disputado en Lezama ante 1.766 espectadores, de ellos más de 700 seguidores racinguistas.

El enésimo revés. El relato ya es repetitivo en el caminar de un Amorebieta destinado al descenso salvo que le rescate una especie de milagro en lo que resta de LaLiga Hypermotion, en la que es colista y con la salvación cada vez más lejana. Son ya nueve las jornadas que enlaza el conjunto azul sin ganar y en las que solo ha sacado una pobrísima renta de dos puntos sobre 27 posibles, unas paupérrimas cifras que explican la irremediable caída de un equipo al que el relevo en el banquillo no ha surtido efecto alguno. La nueva derrota del Amorebieta se originó en una mala primera media de juego en la que estuvo a merced de un Racing que supo aprovechar su mejor puesta en escena para hacer el gol de la victoria, obra de Dani Fernández, y obligar al colectivo de Jandro Castro a remar una vez más a contracorriente, sin premio alguno.

El mercado invernal de fichajes, que bajó la persiana el jueves, suele ofrecer ciertas curiosidades o paradojas, según se mire. Lo cierto es que una de estas se dio en Lezama, con la presencia en el once inicial del Racing de Manu Hernando, que tres días después de llegar a Santander se enfrentaba al que había sido su equipo 72 horas atrás, por lo que las dosis de morbo estaban servidas. El fútbol profesional, con todo, desconoce los sentimientos. Manu, lo cierto, no concedió nada a sus excompañeros. No solo llamó la atención este caso, ya que Jorge Yriarte también compareció de salida, en detrimento de Erik Morán, con el conjunto zornotzarra en su regreso a la que fue su casa el curso pasado. El venezolano, cedido por segunda ocasión por el Eibar y uno de los héroes del ascenso a LaLiga Hypermotion, cuenta desde ya para Jandro Castro, que activó un retocado plan que supuso, además, el debut de Unai Bustinza como azul en el eje de la defensa como socio de Xabi Etxeita, un dúo made in Lezama, en tanto que la otra novedad la produjo la titularidad de Javi Eraso, otro ex del Athletic, como pareja ofensiva de Eneko Jauregi. El Racing de José Alberto López, que se presentaba en mala dinámica al encadenar tres derrotas consecutivas, introdujo tres caras nuevas respecto a su once en Valladolid y donde destacaba la ausencia del sancionado Iñigo Vicente, que se quedó sin consumar la vuelta a sus orígenes.

El momento reclama un Amorebieta sin ambages a causa de su delicada situación, consciente de tiene que hacer números de Champions si quiere tener alguna opción para salvarse. Una cosa es el deseo y otra, la evidencia. Esta última retrató a un Racing desde el pistoletazo inicial que asomó más hambre, como si le fuera la vida en ello, actitud que no lució el colectivo azul, quizá sorprendido por ese empuje ofensivo el cuadro cántabro, que sacó una versión creíble en su idea, que la tenía muy clara. El Racing se hizo dueño del partido y lo suyo fue un monólogo durante la primera media hora en la que superó en todos los matices a un Amorebieta irreconocible y perdido en el verde, atorado en su propia impotencia. Aldasoro y Sainz-Maza se apropiaron de la parcela ancha y el equipo de José Alberto activó sus bandas para sobrepasar las líneas azules, primero con un lanzamiento al larguero de Sangalli, que fue preludio del 0-1 al cuarto de hora, cuando Dani Fernández ejecutó magistralmente un golpe directo para hacer inútil la estirada de Pablo Campos. Un bofetón a los que ya se ha acostumbrado un Amorebieta que quedó muy tocado y sin capacidad de reacción. Le salvó que el Racing no aprovechó sus posteriores llegadas, todas ellas de auténtico peligro, en las piernas de Peque y Aldasoro, que perdonaron en sus respectivos golpeos. El fútbol da una segunda oportunidad en ocasiones y el Amorebieta espabiló merced a un buen gesto de Eneko Jauregi que fabricó una contra que Ángel Troncho no consumó con su duro disparo que se centró en demasía; y en el córner generado en esa acción fue Yriarte el que volvió a poner a prueba a un certero Ezkieta, exmeta del Athletic. Fue el inicio de otro escenario, ya que el conjunto de Jandro se estiró con Dorrio y Troncho activados y con un resurgido Álex Carbonell, lo que causó una segunda oportunidad de Yriarte, que no acertó en la dirección de su lanzamiento.

Esa mejoría no le sirvió al conjunto vizcaino para empatar antes del descanso, lo que le obligaba a ser valiente en el segundo acto. El Amorebieta aprendió la lección y compareció decidido a intentarlo por tierra, aire y mar. El dominio era suyo, por lo que le restaba encontrar vías para hacer gol, de lo que se conoce no abunda, ya que debe generar mucho para que suban sus posibilidades de marcar. Es un lamento que le ha metido en el pozo. Jauregi, enchufado en su rol, la tuvo a servicio de Eraso en una bonita acción hilvanada, pero el ariete la pegó forzado. El de Mujika la buscó poco después, aunque su remate de cabeza a pase de Jon Morcillo, recién incorporado, no encontró los tres palos. El Racing se blindó a la espera de gozar de contras, que tampoco las tuvo con sustancia. El paso de los minutos, pese al movimiento de piezas, se convirtió en una enorme losa para un Amorebieta que cada vez huele más a equipo de Primera RFEF.