El Indicador de Confianza del Consumidor y Consumidora Vasca en 2023 se situó en 84,6 puntos, lo que significa que seguimos en un clima de desconfianza, aunque, sin embargo, mejora notablemente respecto al pasado año (62,7 puntos). Los datos reflejan que vivimos momentos complejos, si bien también se dan muchos aspectos positivos que no se deben obviar.

Resulta comprensible el temor, aunque es curioso que, desde el punto de vista financiero, actualmente existan una serie de oportunidades que no se daban desde hace muchos años.

La renta fija, por ejemplo, ofrece posibilidades que abren la puerta tanto a inversores con grandes patrimonios, que pueden equilibrar el riesgo de sus carteras, como al ahorrador tradicional, con un perfil más prudente o una meta a corto plazo y que ha sufrido en exceso durante los últimos tiempos a raíz de una volatilidad anómala en este tipo de inversión.

Nos encontramos en un momento atractivo para la renta fija, pero también para la renta variable, que, como siempre y llevada por el imparable progreso mundial, es una buena opción para los inversores con objetivos financieros de futuro. Porque, al margen de las noticias que sean tendencia en cada momento, el inversor debe tener claros cuáles son los objetivos financieros de su familia y proceder a planificar su economía para conseguirlos en el corto, medio y largo plazo. Para ello deberá seleccionar las estrategias más adecuadas para alcanzar sus metas financieras según su perfil, características y circunstancias.

Cabe por tanto acceder a servicios más conservadores y centrados en la renta fija para el corto y medio plazo, y a instrumentos de renta variable que nos permitan asumir algo más de riesgo y aumentar los resultados de cara a los objetivos de largo plazo.

De este modo es posible abstraer nuestras finanzas del ruido mediático ambiental y dibujar una óptima planificación de la mano de un asesor experto y de confianza, logrando mantener ese espacio de tranquilidad sobre nuestra economía que tanto se necesita para afrontar el futuro con mayor serenidad. Es aquí donde cobra importancia el acompañamiento de un asesor financiero profesional.

Así como en buena lógica recurrimos a un médico para tratar la salud o a un abogado para resolver un conflicto, también es imprescindible contar con un profesional para construir la tranquilidad financiera. No lo olvidemos: una correcta planificación financiera nos ayudará a reducir nuestra preocupación en los momentos de incertidumbre económica.