La Universidad de Deusto ha presentado la colección José Ellacuría SJ, fruto de la donación de Santiago Rupérez y familia que consta de más de 300 piezas de arte asiático. El legado proviene de diversos países, que el donante, un empresario y diplomático de origen riojano con familia en Donostia, fue comprando y coleccionando a lo largo de sus años de estancia en China.
La denominación de la colección alude y honra a José Ellacuría SJ, hermano de Ignacio Ellacuría SJ, que pasó la mayor parte de su vida en Taiwán, donde fue muy querido por su implicación en obras sociales. Javier Torres Ripa ha trabajado durante este año completando la catalogación iniciada por el propio Santiago Rupérez y es el comisario de esta exposición que se ha instalado en el Salón de Grados de la Universidad.
El conjunto artístico lo componen estatuas, cerámica, terracotas, jade, marfiles, de piedra/mármoles, grabados y láminas, entre otras. Se trata de obras procedentes de distintas dinastías y diferentes épocas desde el neolítico, hace 6.000 años, aunque la mayor parte de ellas son del siglo XIX. La exposición incluye una obra que pertenecía a José Ellacuría SJ: un pictograma que simboliza los términos “misericordia y justicia”.
En el acto de inauguración, que ha estado presidido por el rector Juan José Etxeberria, han participado Santiago Rupérez y familia, así como familiares de José Ellacuría. También han intervenido José María Guibert, anterior rector de Deusto, José María Etxeberria, del Consejo de Gobierno de la Universidad, y el comisario de la exposición Javier Torres Ripa. También estuvo presente el director del Bellas Artes, Miguel Zugaza.
Recorrido
La colección consta de piezas de bronce, arcilla, madera, porcelana, cristal, terracota, pinturas, grabados, recortes de papel y muebles), además de un lote de 380 libros. “Se trata de una buena representación de las principales épocas del arte en Asia oriental, principalmente en China. Las piezas de la exposición se reparten en las vitrinas de la planta baja y las balconadas superiores. En la de esta planta se exhiben la mayoría de los objetos, organizados por grupos según el material utilizado y en la Sala Mensajero, las pinturas, muebles y algunas esculturas”, explica Javier Torres Ripa.
Las piezas más antiguas de la colección son dos ánforas decoradas de alrededor del 4000 a. C. Además, en elcapítulo dedicado a la arcilla, se ven otras figuras de las dinastías chinas más antiguas, como el caballo de Terracota pintada de la dinastía Han (206 a.C. – 220 d.C.), el grupo de terracotas de tres músicos y bailarín de año 600 a. C.
Además, se exponen la curiosa terracota de serpiente con dos cabezas humanas del 300 a. C. el grupo de siete damas de la corte del 400 a. C, el grupo del emperador y seis ministros del año 200 a. C.
Según destaca el comisario, también son singulares, en estas vitrinas, la dama de la corte de la dinastía Tang (618 – 907 d. C.) y el guardián de la dinastía Song (960 – 1279 d.C.), así como la pareja de ministros y pajes de cerámica verde de la dinastía Ming (1368 – 1644 d. C.),
Asimismo, hay una abundante presencia de piezas de bronce, que se inicia con una escultura de un caballo decorado en oro de la dinastía Tang (618 a 907 d.C.) y sigue con los elegantes cinco budas de la dinastía Ming (1368 – 1644 d. C.), que representados a través de los “mudras” o gestos de las manos expresan sus favores.
“Una vitrina dedicada a miniaturas resulta apasionante, pues el grupo contiene representaciones de deidades algunas de ellas de gran antigüedad. Son como talismanes protectores que pasan de generación en generación. También es muy singular la estilizada talla tailandesa de Buda del s. XVIII”, explicó el comisario.