Carlos Saura tenía un filme pendiente: la historia del Guernica de Picasso. “Es una historia preciosa, llevo años luchando con ella y siempre ha habido algún problema”, destacó Saura hace unos años. “Es un de las cosas que me quedan por hacer. Después de hacer la película, a lo mejor ya me retiro, espero que no”, confesó.

El cineasta tenía previsto que el rodaje de Guernica, 33 días, que era el título que tenía en mente para el filme, empezara en 2013, pero el proyecto nunca pudo llegar a materializarse. Con guion de Elías Querejeta, Louis-Charles Sirjacq y el propio Carlos Saura, iba a narrar la historia de cómo se hizo el Guernica y cómo la pintura fue la salvación de un Picasso en un momento de crisis personal. Además la película se centraba en la relación del pintor con su esposa, Olga Khokhlova, con su amante, Marie-Thérése Walter, y con la fotógrafa Dora Maar, quien captó varias fases de la creación del famoso mural.

El título de 33 días se refería al periodo de tiempo durante los meses de mayo y junio de 1937 en el que Picasso pintó el cuadro, aludiendo al bombardeo de Gernika ocurrido el 26 de abril de dicho año durante la Guerra Civil española.

“Ese proceso creativo es el que quiero reflejar en la pantalla, de manera que cuando se termina el cuadro se acaba la película”, aseguraba. Iban a encabezar el reparto Antonio Banderas y Gwyneth Paltrow, en el papel de Picasso y Dora Maar. También estaba previsto que participaran en la película los actores Imanol Arias, Óscar Jaenada y Bárbara Goenaga.

El equipo técnico lo iban a formar los oscarizados Victorio Storaro, que se iba a encargar de la dirección de fotografía, y Gil Parrondo, como director de arte del filme.

Saura incluso visitó Gernika localizando lugares de rodaje, pero por problemas financieros el inicio se fue retrasando. Hasta ahora.

Relación con Bilbao

En 2012, el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao-Zinebi, decidió concederle el Mikeldi de honor por su “creación cinematográfica larga y llena de hallazgos estéticos y éxitos comerciales, una obra indispensable para entender la del cine europeo contemporáneo”.

Saura mantuvo siempre una relación estrecha con el festival bilbaino. En 1958 realizó su mediometraje documental Cuenca, con el que un año después participó en la primera edición del entonces denominado Certamen Internacional de Cine Documental Iberoamericano y Filipino de Bilbao, en el que obtuvo la Medalla de Plata. Esta temprana vinculación con Bilbao y su festival tuvo su continuidad en 1960 y 1961, segunda y tercera ediciones en las que el cineasta aragonés participó como miembro del Jurado Internacional.

A sus 91 años, Saura acababa de estrenar Las paredes hablan, un documental en el que muestra su gran curiosidad por el arte con un diálogo entre los grafiti y las pinturas rupestres, una mirada nonagenaria y a la vez, nueva.