Varios funcionarios de la metrópolis oriental china de Shanghái fueron destituidos tras el escándalo por el erróneo intento de introducir a un anciano que sufría coronavirus en una bolsa de cadáveres para trasladarlo desde su residencia hasta una morgue para ser incinerado a pesar de que todavía estaba vivo, informa la prensa local.

El vídeo, al igual que muchas otras grabaciones del estricto confinamiento que ya se prolonga durante más de un mes en la capital económica del gigante asiático, se hizo viral en las redes sociales del país.

El incidente se produjo en la tarde del domingo, cuando varios trabajadores ataviados con equipos de protección personal contra el covid metían una camilla con una bolsa amarilla para cadáveres en un vehículo.

Al menos dos de ellos parecían insistir en que el anciano todavía estaba vivo y llegaron a abrir la bolsa para comprobarlo, tras lo que el trabajador de la residencia se dirige a otras dos personas que estaban en la puerta del complejo, no sin antes intentar volver a cerrar la cremallera.

Finalmente, tras hablar con sus compañeros, los trabajadores de la residencia resolvieron finalmente trasladar al anciano, todavía dentro de la bolsa, de vuelta al interior del edificio.

En la grabación, según el diario hongkonés South China Morning Post, se escucha a un vecino diciendo "¡Todavía se está moviendo! Dos cuidadores dicen que no está muerto", para posteriormente añadir: "Y ahora (están) debatiendo qué hacer. ¡Sacadlo de ahí! ¿Qué ibais a hacer si no? Qué poco ético".

El rotativo oficial Global Times informó de la apertura de una investigación contra el director de la Oficina de Asuntos Civiles del distrito donde se produjeron los hechos.

También se anunció la destitución del número dos de esa Oficina y del jefe de su departamento de servicios y cuidados a ancianos, así como de otro funcionario del barrio donde se sitúa la residencia y del propio director del complejo, adonde se ha trasladado un equipo para llevar a cabo las pesquisas pertinentes.

Las autoridades retiraron asimismo la licencia de uno de los médicos involucrados y abrieron otra investigación en su contra. El centro, inaugurado en 1983 y con capacidad para más de 100 ancianos, ya ha efectuado una disculpa pública.