En Japón cuando florece el cerezo la gente va al campo alegre, a ver la flor del cerezo, se sienta bajo los árboles y hacen fiesta. Son felices. Bebiendo sake y mirando las flores. Daba un nosequé preguntar a Enrique Thate y su familia cuál era la flor de germania que desata tal pasión. Porque lo cierto es que la gente que acudió a la celebración de la Oktoberfest en el Ein Prosit de la plaza del Ensanche era feliz. Y eso que sustituía el sake por la cerveza.
La primera celebración del Oktoberfest entre el 12 y el 17 de octubre del año 1810, tuvo por motivo los esponsales del príncipe Luis I de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen. En esta primera ocasión la celebración terminó con una carrera de caballos en honor de los responsables. En 1880, las autoridades de Múnich autorizan la venta de cerveza durante el Oktoberfest, al año siguiente 1881, para acompañar la cerveza se añaden las salchichas würstl. De esta manera se configura poco a poco la identidad de este gran festival de la cerveza alemana. Hoy es una fiesta que se replica en medio mundo cubierta por un haz de sombreros y la sempiterna corona de espuma.
Acaba de hacerlo en Bilbao, en el Ein Prosit, sucursal de la felicidad y la diversión por mandato de Enrique, Alfredo y Carmen Thate, donde se espichó el primer barril de cerveza de unos cuantos (hubo un jariguay con el verbo porque “espichar”, según la RAE significa “pinchar con una cosa aguda” cuando es verbo transitivo y “morir” cuando ejerce de intransitivo...) , de la mano de José Antonio Nielfa, La Otxoa, quien cantó una copla para regocijo de los presentes.
No hubo flores pero sí los sombreros y la mencionada corona que se ceñía a los vasos y las jarras de cerveza. Fue Erik Coene, maestrantede la cerveza HB y el hombre encargado de los suministros (recibió un sinfín de enhorabuenas...) mientras los músicos Raphael Parejo, Ingrid Kuschick y Julen Murga ponían las ilustraciones musicales correspondientes y José Angel Pereda ejercía de speaker.
A la celebración no faltaron el viejo león Daniel Ruiz Bazán, Dani; el presidente honorífico de Slow Food en Bizkaia, Mariano Gómez; el presidente de BilbaoDendak, Rafa Gardezabal; el gerente de Bilbao Centro, Jorge Aio; el manda del BEC, Xabier Basañez; la sonrisa eterna de esa casa, Vanesa Pérez (¿acaso esa era la flor, aunque fuese de lúpulo...?) a quién le saludo la Madonna de Henao, protegida por un fajín ortopédico; Txelu Besteiro, Aitor Azkarate, Virginia Aguado, Nicolás Fernández, Jon García, Albeto Ruiz de Azua, Isabel Muela, Amaia Piedra, Beatriz Marcos, Jesús Castroviejo, Olav Itoivonen, Kateryna Kaminska, de Ucrania SOS, Iñigo Urrutia, Alberto Ruiz de Azua, Cristina Motta, Alfredo Casas, Rafa Beato, Joseba Mendiguren, Maite Ortega, Dolors Hernández, Oscar del Hoyo y toda una corte nibelunga y feliz que tanto dsifrutó.