Una central monitorizará y visualizará en tiempo real las cámaras de seguridad de los autobuses de Bizkaibus. Se trata de una de las medidas que pondrá en marcha la Diputación para terminar con las agresiones e insultos que sufre la plantilla, que también contempla un protocolo de coordinación con la Ertzaintza y la instalación de mamparas de protección en los puestos de conducción.

La diputada de Transportes, Movilidad y Turismo, Sonia Pérez, ha comparecido este jueves en las Juntas Generales para dar cuenta de las medidas que se van a poner en marcha para combatir una situación que culminó con una huelga de 24 horas por parte de los trabajadores de Bizkaibus, hartos de sufrir agresiones físicas y verbales que han ido creciendo tanto en frecuencia como en gravedad en los últimos años.

Seguridad en Bizkaibus

La propia responsable ha referido que desde el inicio de la legislatura han abordado la seguridad en el servicio con una prioridad "máxima", lo que ha derivado en la puesta en marcha de una comisión liderada por el departamento foral en el que participan también las empresas concesionarias y los comités de empresa.

"Cualquier hecho que ponga en riesgo la integridad física y emocional de los trabajadores es inaceptable", ha advertido la responsable foral, que ha puesto en valor la labor "fundamental" que llevan a cabo los conductores de Bizkaibus, "facilitando la movilidad de miles de personas a diario. Su compromisos y profesionalidad merecen ser reconocidos y protegidos". De hecho, su labor es uno de los aspectos mejor valorados por los viajeros del servicio.

Tras una primera reunión de ese foro, el pasado 12 de abril, se han fijado ya una serie de medidas a poner en marcha este mismo año, además de los compromisos y protocolos de actuación acordados con la Ertzaintza. Una de las más importantes y novedosas, ya que hasta ahora no se dispone de un elemento así, es la creación de una central de vigilancia para Bizkaibus, desde la que se monitorizarán en tiempo real y continuo durante todas las horas del servicio las cámaras de seguridad de los autobuses. En ellas trabajará personal especializado en seguridad, que coordinarán con las operadoras y cuerpos de seguridad todas las emergencias e incidencias que se puedan producir a bordo de las unidades.

Mamparas

Otro de los aspectos que se van a abordar es la instalación de mamparas alrededor de los puestos de conducción, para lo cual se ha creado un grupo específico dentro de la citada comisión. No es tarea fácil, ya que es un elemento que puede presentar problemas relacionados con la ergonomía, la sensación de claustrofobia e incluso provocar reflejos al conductor, además de suponer una barrera en el trato diario con los usuarios. "Es la mejor medida de protección física pero no está entre las mejores valoradas por los conductores", ha reconocido Pérez. Para ello, se ha encargado un estudio para analizar qué propuestas existen en el mercado, qué soluciones se han implantado en otros operadores y realizar pruebas con prototipos en las distintas concesionarias, líneas y modelos de autobuses, "para ver qué mamparas, dentro de las homologadas, son las más adecuadas, que no produzcan reflejos, ofrezcan confort térmico y luminosidad".

Si finalmente se decide que son una medida útil, los nuevos autobuses que se vayan incorporando a la flota los traerán de serie, ya que es "difícil" instalarlas en unidades que carecen de ellas.

También se llevará a cabo un mejor mantenimiento de los elementos de seguridad con los que ya cuenta la flota, como el pisón de emergencia, la megafonía y las cámaras de videovigilancia. "Tenemos que estar seguros de que los autobuses que salen a dar servicio tienen estos sistemas operativos", ha señalado. En este sentido, ha reconocido que el Servicio de Ayuda a la Explotación está "tecnológicamente amortizado", ya que ha cumplido veinte años, por lo que se actualizará.

Además, se elaborará un protocolo de actuación ante estas agresiones unificado para todas las concesionarias y se reforzará formación a los conductores sobre pautas de comportamiento para reducir los riesgos de sufrir una agresión. Y ya está en la calle una campaña de sensibilización con el eslogan Sin respeto, no subas, a través de carteles que se han colocado en paradas y autobuses.

Eso sí, Pérez ha advertido de que actualmente "no existe un problema de seguridad" en el servicio. "Los datos objetivos tanto de las incidencias con agresión que tenemos registrados en el departamento como los de la Ertzaintza así lo corroboran", ha afirmado. Pese a que "no se ha observado una problemática delincuencial u otro riesgo destacable para la seguridad de las personas trabajadoras como usuarias", ha apostado por "trabajar la situación y reducir la sensación de riesgo percibida y las faltas de respeto".