“Destroza ver así nuestras casas, nos quedamos cortos diciendo que es un palo impresionante. No sabemos cuándo vamos a poder volver. No tenemos ganas de hablar...”. Una vecina se disculpaba entre lágrimas, en shock tras el incendio en un edificio en la plaza de San Severino, en Balmaseda, que el viernes por la noche obligó a desalojar a 24 personas. Según la Policía Municipal, el fuego calcinó la cubierta y el operativo se empleó a fondo para sofocarlo durante seis horas. Afortunadamente, sin heridos.

Al menos, no se aprecia riesgo de derrumbe, tal y como se temió al principio. La estructura se encuentra “estable porque es mixta de madera y muros de carga”, confirmaba el alcalde, Alfonso San Vicente, después de una primera inspección ayer mismo. Aun así, “resulta peligroso” entrar, en especial al cuarto piso.

Allí la virulencia de las llamas “destrozó” cuatro viviendas, mientras que en las de las alturas inferiores, el agua utilizada en las labores de extinción ha causado daños, en palabras del jefe del servicio de Protección Civil, Enrique Pastor. Por todo ello, el edificio “de momento es inhabitable”, y las familias damnificadas deberán pasar la Nochebuena fuera de sus hogares.

Los bomberos ayudaron a los vecinos a rescatar enseres de primera necesidad. Pablo Viñas

El regidor garantizó que el Consistorio está a disposición de los afectados en todo lo que puedan necesitar. Ayer ofreció a los vecinos hospedarse en un hotel de la villa, opción por la que se han decantado siete personas. Las demás se alojan en domicilios de familiares y amigos. Tampoco han faltado las muestras de solidaridad de quienes han ofrecido sus pisos vacíos para ayudar a digerir este duro trago, además, en fechas sensibles, a las puertas de la Navidad.

Horas después de dar el fuego por extinguido, los bomberos seguían actuando “en puntos calientes que refrigerar”, explicó el alcalde. Durante la mañana, los residentes de las tres primeras plantas pudieron acceder a recoger las pertenencias que precisaran con carácter más urgente. Por el contrario, en la última los efectivos “están haciendo vídeos para enseñar a la gente, de forma que ellos mismos puedan recuperar aquello que necesiten”.

Poco después de las 21.00 horas del viernes, dieron la voz de alarma al observar que el tejado de un bloque de viviendas con varios establecimientos comerciales que se asoman a la plaza de San Severino en su fachada principal y el río Kadagua por la trasera ardía y el incendio amenazaba con propagarse con rapidez. Resurgía el fantasma del fuego un año y medio después del voraz incendio forestal que sorprendió a los balmasedanos el 23 de octubre de 2022 celebrando su fiesta de putxeras y cerca estuvo de saltar al núcleo urbano.

El inmueble está en la céntrica plaza de San Severino. Pablo Viñas

“El fuego del viernes a la noche fue algo espectacular que no recordamos haber vivido en el casco histórico”, compartía el jefe de Protección Civil. Al observar las llamas, que se divisaban desde todos los rincones, numerosos vecinos se acercaron con preocupación a la plaza de San Severino. Hasta allí acudieron rápidamente también dotaciones de bomberos de los parques de Zalla, Urioste y Basauri, así como de Basauri.

“Cuando llegamos aquí nos encontramos un fuego muy desarrollado, con llamas rompiendo por la cubierta y la estructura complicaba más la situación, ahora ha quedado impracticable”, valoró Asier Luja en representación de Bomberos de Bizkaia.

Desde el camarote

Al parecer, el fuego se originó en el camarote por causas que se investigan. Lo dieron por controlado al filo de las tres de la madrugada. Eso sí, con una constante supervisión para enfriar zonas de difícil acceso en el tejado.

Se da la circunstancia de que hace escasamente dos semanas bomberos de la Diputación recalaron en Balmaseda en el marco de los simulacros efectuados en cascos históricos de Bizkaia para optimizar la respuesta ante incendios.