El Ayuntamiento ha presentado los resultados de su pionero proyecto de regeneración urbana, con el que en esta edición han sido un total de 15 las personas que han trabajado en diferentes puntos de la villa –el mural de las rederas abierto el pasado mes de agosto en la calle Nardoiz tar Jon es sin duda el elemento más visible– en labores de muralismo y pequeñas obras de construcción.

Además de ayudar a embellecer la localidad, el programa –apoyado por las ayudas europeas Next Generation– ha permitido a esas personas “mejorar la empleabilidad, fomentar la inserción laboral y, de paso, recuperar el rol de sujeto activo de la comunidad a personas en situación especial”.

Uniendo empleo e integración social, el proyecto –que dirige el Ayuntamiento bermeotarra con la ayuda de la cooperativa Sartu y la dirección del servicio vasco de empleo, Lanbide– ha logrado que las citadas 15 personas –de Bermeo y su entorno– hayan logrado dar un salto para lograr empleo. Perceptores de la RGI (Renta de Garantía de Ingresos) o del ingreso mínimo vital (IMV), y todos ellos con serias dificultades para acceder al mercado laboral, los participantes han adquirido durante meses algunas nociones para pintar murales y mobiliario urbano o realizar arreglos urbanos de pequeño tamaño –reparar losas, por ejemplo–.

No en vano, entre febrero y mayo los participantes del proyecto “se dedicaron a los trabajos de muralismo y entre mayo y octubre a las obras de construcción”.

“Para la correcta ejecución técnica de estos trabajos, se les proporcionó a los participantes la formación necesaria de octubre a diciembre de 2022”, agregaron fuentes municipales, que valoran muy satisfactoriamente la labor realizada.

Así, la alcaldesa de Bermeo, Nadia Nemeh Shomaly, señaló que “gracias a este proyecto, nuestra intención ha sido mejorar la situación de los participantes, impulsar la activación laboral y consolidar una rutina diaria de las personas que se encuentran en esta situación”. “La influencia que ha tenido este proyecto entre las capacidades sociales y laborales de las y los participantes ha sido fundamental para nosotros”, concluyó.

En muchas ubicaciones

Los trabajos se han realizado además en numeras ubicaciones de la villa marinera, ya sea en el caso urbano como en instalaciones municipales o en algunas zonas más alejadas. En lo que respecta a la fase de construcción, “los participantes del proyecto han estado realizando trabajos por todo el municipio para reparar o habilitar los rincones de la localidad, con la ayuda de un monitor técnico y un educador social.

El pintado de las salas de Behargintza y Kzgune, el pintado de las vallas y farolas de la Tala, la limpieza de las escaleras del barrio de Baztarre, el tratamiento de resistencia al deslizamiento, el pintado de paredes, el cambio de losetas de las calles del Casco Viejo, la limpieza, reparación y renovación del suelo histórico de la Goiko plaza, el lijado y pintado de quioscos y bancos, han sido algunos de los trabajos realizados”, enumeraron.

El trabajo más impactante para los vecinos ha sido, sin duda, el pintado en un solar vacío de un mural de grandes proporciones de las rederas en la calle Nardiz tar Jon del casco viejo. Pero lo más importante es que los 15 participantes en el programa piloto han adquirido nociones sobre pintado de murales o la construcción, pero sobre todo han obtenido conocimientos para volver al mercado laboral –al que, sea por la situación que sea, veían sus puertas cerradas– y así poder mirar al futuro con mayor esperanza.