La plancha de cortometrajes que compiten por alzarse con el premio al mejor corto vasco en la 30ª edición del FANT (el Festival de Cine Fantástico de Bilbao, que echa a andar mañana) es variada “en cuanto a temáticas, subgéneros y estilos”, valora Justo Ezenarro, su director. Este jueves los y las cineastas que participan en FANT Laburrean Euskal Filmak han desplegado sus apuestas para la categoría en un pase para los medios de comunicación. 

El proyector se ha encendido a las 09.00 horas. A lo largo de casi dos horas, en la pantalla de una de las salas de cine que Golem gestiona en La Alhóndiga se han proyectado filmes tan dispares como un falso documental humorístico (Feminancy, 2023), que narra cómo sería un mundo copado por “feminazis y bollerones”, o una pieza de animación con guiños a “aquellos cortos de la edad dorada de hollywood” (Conej Steps out, 2023), donde un muñequito se las ingenia como puede para hacerle el mejor regalo de aniversario a su novia.

En total, son 13 las películas de metraje corto con papeletas para ganar el lauro. Algunas, dirigidas por personas con trayectoria en éste y otros festivales; otras por jóvenes directores noveles con ganas de comerse el mundo. Uxuri Etxegia y Pablo Río –la directora de Feminancy y el director de Conej Steps Out, respectivamente– se sitúan en este último grupo. Sonia Estévez, por el contrario, lleva a sus espaldas muchas horas de rodaje. 

Techos de cristal y almas al borde del abismo

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Después de su paso por la última edición de los Goya, la cineasta aterriza en FANT con Txotxongiloak (Marionetas), un trabajo atravesado por el cuerpo, la igualdad y el género. “Me cargo la idea romántica de que las marionetas obtienen la libertad cuando les cortamos las cuerdas”, ha explicado. “Aquí hay una marioneta a la que, por diferentes circunstancias, se le van añadiendo cuerdas, por lo que tiene más posibilidad de movimiento. Pero, al ser mujer, al coger tantas cuerdas, puede terminar enredándose”, ha precisado Estévez.

Cuenta, además, que la premisa de la que parte este corto “tiene mucho que ver con el techo de cristal”, un concepto estrechamente ligado a la actualidad. La salud mental también ha entrado de lleno en la conversación pública y es el punto de partida de Extrema Gravedad, el regreso de Lorenzo Ayuso a la ficción. “¿Qué es lo peor que le puede pasar a una persona que está a punto de suicidarse?”, ha planteado el director. Precisamente, este es el enigma que impulsa su trabajo, que pretende “exhibir y visibilizar” aquellas cuestiones relacionadas con la búsqueda del bienestar psicológico.