Tráfico mayor de cruceros, cesión de terrenos, la venta de la histórica sede de la Autoridad Portuaria en Bilbao, la necesidad de una conexión ferroviaria, lo que afecta su ausencia a los municipios de Ezkerraldea, la apuesta medioambiental firme de la entidad y sus consecuencias... El puerto no solo mueve mercancías en los muelles.
La Variante Sur Ferroviaria (VSF) sigue en vía muerta a pesar de estar en manos del Gobierno vasco.
La VSF es básica en un contexto en el que el transporte ferroportuario es el futuro y más en un puerto como el de Bilbao. Por eso la insistencia en la necesidad de adelantar esa infraestructura.
Pero hay mucho retraso, la encomienda se encargó desde el Ejecutivo de Madrid en 2019.
Las grandes infraestructuras sufren retrasos y retrasos. Coincidimos con el lehendakari en la necesidad de potenciar el eje atlántico porque está quedando periférico, sin embargo es uno de los ejes prioritarios que define la Unión Europea. El Gobierno vasco dice que hay muchas dificultades en la variante, lo mismo que la alta velocidad. Quiero pensar que estamos todos ya alineados y que esta será la vencida. La VSF va a llegar tarde, pero que llegue cuanto antes.
La actual salida ferroviaria de mercancías usa las mismas vías que los trenes de pasajeros. Es un atraso.
El puerto comparte la línea actual con Renfe Cercanías de pasajeros, que tiene prioridad, y el constreñimiento de los tráficos cada vez es más estrecho. En la medida en que seamos capaces de incrementar los tráficos por ferrocarril más problemas tendremos si seguimos compartiendo la línea con Renfe.
Y además los municipios de Ezkerraldea siguen aguantado la circulación de convoyes con carga.
Les afecta, sobre todo a Santurtzi, porque pasan de día, de noche, trenes largos, pesados, que generan ruido y cuando la inercia va a ir a que cada vez se utilicen más trenes con mercancías, pues a estas poblaciones les va a molestar más.
¿Tienen quejas de los alcaldes?
No como tales, pero sí les valoro la paciencia que tienen.
¿Se ha dirigido a Lakua para presionar por el inicio de las obras?
Gobierno vasco, administración central, ayuntamientos... son muchas las instituciones implicadas, porque para desarrollar una infraestructura de este calibre hacen falta muchos permisos, informes preceptivos... No señalo a nadie y nos señalamos todos, me incluyo, porque desde que se hicieron los túneles bajo el Serantes han pasado demasiados años.
¿Cuánto está perdiendo el puerto por no operar la VSF?
No lo tenemos calculado. Nuestra política de desarrollo de captación de cargas está basada en los puertos secos y ellos evidentemente tienen que estar claramente vinculados a la entrada por ferrocarril. Sí, nos genera conflictos, problemas de tráfico, pero no somos un caso único. A otros puertos también les ocurre.
Entonces la VSF sería un gran elemento de competitividad.
Es básico, seríamos un puerto más competitivo.
Viremos a otro tema. Este año 80 cruceros, todo un récord tras la pandemia. ¿Cómo lo valora?
Era lo previsto, sin pandemia habríamos despuntado antes. El sector de los cruceros está creciendo, es atractivo y cada vez gustan más a los cruceristas destinos alternativos diferentes a los clásicos. El destino de Euskadi, y el entorno que pueda abarcar un visitante, empieza a ser atractivo por muchos motivos.
Y Getxo va a ser llegada y partida de dos cruceros, algo inédito.
Sí, estamos consiguiendo cada vez más que Bilbao sea home port. Que tripulaciones y cruceristas embarquen y desembarquen supone quizás una o dos noches de permanencia a nuestros hoteles y en el consumo de los comercios.
¿Ser home port es flor de un día?
Es un cambio que se ha iniciado ya y las compañías están contentas tanto con la satisfacción de los cruceristas como con el trato que reciben aquí. Es algo que ha venido para quedarse y que irá a más.
¿Y quién embarcará? ¿Más gente local o turistas llegados de fuera?
—De todo, se trata de que venga gente por vía aérea y que antes de coger el barco consuman aquí. Ese es el objetivo, por lo tanto, todas las colaboraciones con el aeropuerto son interesantes. Excepto por tren, se reúnen condiciones de conectividad muy buenas por carretera y vía aérea.
¿Qué techo puede tener el tráfico de cruceros en Bilbao?
Esto no es Barcelona o Venecia. El colapso de cruceristas en la ciudad no está ni en el horizonte. Algunos dirían: ojalá fuera el problema, ¿no? Y las limitaciones de capacidad de la terminal tampoco es un hándicap. Este año los visitantes que lleguen vía marítima, entre los ferris a Irlanda e Inglaterra y los cruceros, pueden pasar el medio millón.
Pero son servicios distintos.
Brittany Ferries, la compañía del ferry, no solo impulsa las mercancías en sus barcos, que tiene demanda a tope, ahora sobre todo busca que sus clientes embarquen a pie, en bici, en autocaravana o como sea.
Pero todos se van al sur nada más desembarcar.
Tenemos que conseguir que esos visitantes se queden y vean nuestra realidad. A ello va a ayudar el cambio de enfoque que se está dando al modelo y el diseño de los barcos nuevos. El Salamanca y el Galicia son casi cruceros con todas sus comodidades, propulsados a gas, recién estrenados ambos y con el doble de capacidad que los anteriores.
Apunta a que el ferry sea como una línea de crucero regular.
Así es. Ya venden tickets como si fuera un autobús a medio o a largo plazo. Para el que no tiene prisa y quiere estar en Irlanda o Inglaterra cuatro o cinco días el ferry es una opción alternativa al avión.
Volvamos a tierra. Han sacado a subasta su antigua sede en Bilbao. ¿Hay ofertas?
No, aún no, se presentarán poco antes de que acabe el plazo, pero hay muchas expectativas. El interés previo a la licitación era importante. Han venido entre 8 y 10 grupos importantes interesados.
¿De qué tipo?
Alguna empresa para sede social, pero la mayoría son cadenas hoteleras de nivel. Alguna entidad bancaria también vino. Hay interés.
Y el precio de salida, 10,4 millones, es arreglado ¿no? Es una tasación del año pasado y todo ha subido.
Y es en la franja baja. Salir desde esta base y no superior garantiza que haya interés y que haya propuestas.
Nos interesa deshacernos de la sede porque realmente no la usamos y eso supone deterioro y un costo.
¿Qué van a hacer con el dinero?
Pues tenemos 200 millones de inversión en un plan de actuación a cuatro años. Van a venir bien para invertir y endeudarnos menos.
¿Cómo es la relación del Puerto con los municipios donde se asienta?
Buena. Tenemos convenios de colaboración con Santurtzi, Zierbena, Getxo, Erandio, Barakaldo. No hay que perder el norte, sabemos que tenemos que convivir con los municipios. Un puerto es necesario para que nuestras empresas exporten e importen, para generar riqueza y empleo, pero el destinatario final es el ciudadano y su bienestar en facetas como empleo, convivencia, bienestar social o medio ambiente.
¿En qué consisten los convenios?
Son de distinto tipo. Los bordes de la ría son del puerto y ahí tenemos un rol importante que jugamos siempre de forma generosa, como con el bidegorri por la carretera de la ría. Estamos coadyuvando en su desarrollo y también en la pasarela ciclable entre Barakaldo y Erandio de la Diputación.
¿Por eso aquí no hay conflictos como en otros puertos del Estado?
Se trabaja mucho en el consenso y diálogo. Hay que tener en cuenta que el Puerto de Bilbao es pionero en el Estado y Europa en el tema de respeto medioambiental. Hemos hecho muchas cosas y seguimos haciéndolas y vamos a hacer muchas más.
¿Por ejemplo?
Lo último que vamos a empezar ya es la electrificación de los muelles que va a evitar la emisión de partículas contaminantes, ruidos y vibraciones. Los buques atracados no gastarán diésel de sus motores para generar la electricidad que necesiten, se enchufarán a tierra. Eso es un esfuerzo económico de casi 50 millones de euros en los próximos cuatro años.