El puerto ha dejado de tener presencia directa en Bilbao.

Así es. El pasado viernes 24 de marzo firmé ante notario con la concejala Marta Ajuria la cesión de los terrenos del paseo entre Olabeaga y Zorrotza. Era el último mohicano porque justo antes de la pandemia vendimos Punta Zorrotza también al Ayuntamiento.

Triste ¿no? La Autoridad Portuaria de Bilbao ya no tiene actividad en Bilbao.

Bueno, mantenemos la lámina de agua desde el Puente de Euskalduna aguas abajo y estamos ya buscando un local para seguir teniendo unas oficinas en la ciudad de unos 300 metros cuadrados para reuniones y despachar. Y es que la sede del Puerto tiene que estar al lado de los muelles activos.

Insisto, es una pena.

La APB es una institución y no tiene sentido que mantenga el palacete porque además es un edificio que debe jugar otro rol más importante en la ciudad. Pero sí creo que están quedando pocos o casi nulos vestigios del pasado portuario de la ciudad de Bilbao.

De la actividad mercantil y portuaria nació la villa...

Toda la riqueza generada en torno a Bilbao es precisamente porque el puerto estaba allí, como en tantas otras ciudades europeas. Y quitando cuatro norays, que se mantienen de adorno en los paseos, o las luces rojas y verdes nocturnas en las márgenes de la ría, que recuerdan el pasado de navegación, no hay nada. Creo que debiera hacerse un esfuerzo por mantener esos vestigios del pasado marítimo portuario de la ciudad. Si no, se pierde la historia.

¿Y qué propone?

Con creatividad, innovación y gusto el mundo marítimo es muy atractivo para tener presencia. Hay una cultura marítima portuaria con la que se pueden hacer muchas cosas más. No todo son líneas modernas, diáfanas, que están bien, ¿eh?, pero creo que Bilbao debiera reconocer con cierto nivel su pasado marítimo portuario.

Además, el Puerto en la época reciente ha dado mucho a la ciudad, literalmente.

El comportamiento histórico del Puerto décadas atrás ha sido más que generoso con Bilbao. Solo hay que recordar como la entidad cedió todos sus terrenos de Abandoibarra a la sociedad Ría 2000 para desarrollar urbanísticamente la zona en un acto de generosidad clarísimo.