Es la primera arteria urbana nueva abierta en Zorrotzaurre. Se llama calle Cargueras y ayer entró en servicio sin acto protocolario pero muy bien recibida sobre todo por los vecinos que componen el núcleo residencial tradicional de la punta sur de la isla. “Ha quedado muy bien con las aceras anchas y unas farolas modernas”, describe Antonia una vecina mientras se dirige andando al puente Frank O. Gehry.
Es en esta conexión que salva el canal donde arranca la nueva calle que sustituye al tramo viario que hasta ayer jueves bordeaba los solares de la zona para conectar con Ribera de Deusto. Es con esta misma arteria con la que conecta la calle Cargueras pero tras recorrer 350 metros por dentro de la isla y doblar en curva de 90 grados.
La obra, ejecutada por la Comisión Gestora de Zorrotzaurre, ha alumbrado una calle con amplias zona peatonales que flanquean una calzada de doble sentido que atraviesan varias pasos de peatones.
Papeleras, bancos, farolas de diseño moderno acompañan a una nueva parada de autobús con sus respectivos hitos y decenas de metros de vallado naranja que perimetran tanto los solares en barbecho como los que se encuentran en obras.
En uno de estos últimos se fijaba Mariano Murga, vecino de Deusto, en su paseo exploratorio. “La verdad es que han construido una buena calle y no tiene nada que ver con lo que había aquí antes”, recuerda mientras observa los cimientos de uno de los primeros edificios residenciales que se van a construir. La obra, ayer parada por mor de una huelga, está al lado de la emblemática Casa de la Palmera, un viejo caserón que sobrevive a pesar de estar en estado ruinoso y que en cierta manera mancha el conjunto urbanístico recién estrenado ayer.
Carmelo, vecino desde hace más de 40 años en el número 19 de la Ribera de Deusto, cuestionaba el futuro de la conocida casa y se quejaba también de que “el sitio donde han puesto la parada de autobús no es el mejor, tendría que estar atrás, porque para cuando venimos a coger aquí el autobús ya casi estamos cruzando el puente a Deusto”.
Estacionamiento muy goloso
Destaca en el diseño de la nueva calle, el aparcamiento en línea de sus márgenes y que ayer estaba con muchas plazas vacías. Esta provisión de parking es lo que creen varios vecinos que va a causar algún problema. Javier, propietario de Estanterías Feralva, una empresa ubicada en las inmediaciones, opina que “desde ya, las plazas de aparcamiento creadas van a ser tomadas por los vecinos de la otra orilla (el barrio de Deusto) ya que aquí van a poder aparcar sin pagar porque aquí no hay OTA y allí, sí”. Javier, que confiesa que ayer cuando llegó con su camión “me monté un poco de lío al pasar el puente” encontraba otro defecto a la calle recién abierta. “Se va a montar mucho follón cuando se crucen en la curva de acceso a Ribera de Deusto un Bilbobus y un camión porque hay poco sitio para dar la curva”, describía mientras otro parroquiano asentía al lado.
Y como si de dos adivinos se trataran a los pocos minutos lo descrito se convirtió en realidad pero teniendo como protagonistas a un largo trailer, que no pudo dar la curva procedente de la nueva calle al encontrarse con otro camión que venía en sentido contrario. Al final, este último tuvo que dar marcha atrás para que pasara el transporte pesado. “Van a tener que cambiar la ubicación de los semáforos para que haya paso y quitar los contenedores de basura que hay en la esquina”, aconsejaba otro vecino que tomaba un pote en el cercano bar.
Luis María Fernández, nacido en el barrio hace 64 años y propietario del local hostelero Erribera Taberna ve con muy buenos ojos la nueva calle “y todo lo que nos va a venir en los próximos años, va a haber más vida en el barrio, vendrán más vecinos y esta zona del frente de la ría, cuando la peatonalicen va a ser una gozada”. En general, la nueva artería fue bien recibida y más al coincidir su estreno con la celebración de las fiestas del barrio que empezaron ayer mismo. “Ha sido un buen regalo”, concluía Esther, otra vecina veterana de Ribera de Deusto.