La Real Academia de la Lengua define negligencia como la omisión de la atención debida por inacción o descuido o por acción incorrecta, inadecuada o insuficiente. Le coloca como posibles sinónimos, entre otros, descuido, desatención, imprudencia o temeridad y cualquiera de esos vocablos podría resumir la puesta en escena protagonizada este sábado por el Surne Bilbao Basket en la cancha del colista Zunder Palencia, que desembocó en derrota (78-72).

El conjunto vizcaino arrastró durante todo el encuentro su horroroso primer cuarto, con un déficit de energía, acierto y concentración muy difíciles de explicar atendiendo a la enorme importancia del encuentro, regaló hasta quince puntos de ventaja a un equipo que hasta este choque solo llevaba una victoria en quince partidos, cosechada hacía más de dos meses, y volvió a dejar una imagen más que preocupante, de conjunto que necesita acciones sobre su estructura si se pretende que sea mínimamente sostenible en la encarnizada lucha de la zona baja de la tabla, el hábitat en el que parece que se moverá hasta el final del ejercicio. Sí, posteriormente llegó a estar en disposición de darle la vuelta a la tortilla (71-70 a 1:10 del final), pero el daño, costosísimo, estaba ya hecho y no hubo milagro navideño.

El conjunto vizcaino no puede permitirse encajar parciales como el 20-2 que sufrió del 1-4 al 21-6 porque carece de recursos y sostenibilidad para posteriores reacciones. La Liga Endesa no es la FIBA Europe Cup. En la competición doméstica las vías de agua se castigan con el rival de turno, sea quien sea, luciendo cuchillo entre los dientes y la estructura de los hombres de negro tiene tantas y tan profundas que evitar los naufragios es misión casi imposible. El milagro de ganar con una pobre actuación en ataque de Adam Smith y Kristian Kullamae (dos puntos con 1 de 5 en el tiro del estadounidense en 14 minutos y ausente en los decisivos compases finales; seis del estonio con un 2 de 8), cuando supuestamente es el puesto de escolta en el que se concentra el mayor caudal anotador, ya se gastó ante el Girona.

Además, el 20% en el triple (6 de 30) también pesó lo suyo, como los 34 tiros libres permitidos al rival. En el cara o cruz final, decidió un triple en el último minuto para el 74-70 de Vítor Benite, el mejor de los locales junto a Anzejs Pasecniks, muy dañino en las distancias cortas. En las filas locales, con nueve puntos entre cuatro titulares, el notable tercer cuarto de Tryggvi Hlinason, con Melwin Pantzar y Thijs De Ridder voluntariosos, resultó escaso.

ESPEJISMO

El 1-4 con el que arrancó el duelo fue un espejismo. Dos errores seguidos de Georgios Tsalmpouris en ataque fueron contestados por dos triples de Benite, el conjunto vizcaino perdió el sitio tanto en ataque como en defensa y el 18-6 con menos de seis minutos disputados suponía ya un gravísimo problema. Y el tiempo muerto de Jaume Ponsarnau tampoco solucionó gran cosa. La ventaja palentina llegó hasta los 15 puntos antes de que los diez primeros minutos se cerraran con un horrible 24-12 y el colista de la ACB jugando a placer.

Con mayor intensidad defensiva, los visitantes abrieron el segundo acto con un 6-0 y desperdiciando hasta tres tiros para acercarse más allá del 24-18. Sin embargo, pronto regresaron los errores y el Palencia, con una zona protectora, encontró desde la línea de tiros libres el modo perfecto para estabilizar su renta. Ver al Surne Bilbao Basket atacar en estático era una tortura. Cinco puntos seguidos de Xavi Rabaseda sacaron a los suyos de un nuevo bache (32-27), pero no hubo forma de dar continuidad a esos chispazos, llegando al ecuador de la cita con un 42-31, nueve pérdidas ya acumuladas, un 2 de 13 en triples, 21 tiros libres lanzados por el rival y cinco puntos anotados entre Smith, Kullamae, Hlinason y Reyes.

REACCIÓN

En la reanudación, juntando en cancha a Pantzar y Alex Renfroe, fueron los dos pívots, sobre todo Hlinason, los que a base de mates y tiros libres volvieron a acercar a los visitantes (45-41 en el ecuador del tercer cuarto). Un triple de Álex Reyes para arreglar una pérdida anterior obligó a Luis Guil a parar el choque con un 48-46 que, visto lo visto, era un tesoro para los hombres de negro. Los triples de Benite fueron oxígeno puro para los anfitriones, Reyes contestó con la misma moneda y el 55-52 a diez minutos del final prometía emociones fuertes.

Un joven viejo conocido como Agustín Ubal, con un triple y un dos más uno, torpedeó el intento de remontada de los visitantes (55-54). Sus puntos dieron al Palencia la tranquilidad necesaria para afrontar momentos calientes. Al Surne Bilbao Basket le volvió a faltar pólvora. Yannick Franke allanó mucho el camino de los palentinos (69-64), Pantzar y De Ridder mantuvieron a flote a los vizcainos (69-66)... Los triples fallados se acumularon en el casillero bilbaino y el base sueco se dejó un tiro libre por el camino y también el triple que pudo dar a los suyos la primera ventaja del duelo con 71-69 a 70 segundos del final. Hlinason falló otro tiro libre y Benite, con un triplazo bien defendido, acabó sentenciando.