Puede mediante un cuestionario oficial, un correo electrónico o incluso un folio anónimo escrito a mano; hay quien lo hace por venganza contra su empresa tras ser despedido y a quien le sienta fatal que no le emitan factura de un servicio contratado. El año pasado, la Hacienda foral recibió 217 denuncias ciudadanas por presuntos fraudes fiscales; casi la mitad de ellas derivan en una investigación por parte de los inspectores.

Cualquier ciudadano que tenga conocimiento de que se está cometiendo una infracción tributaria puede denunciarlo. El abanico de vías que abre la Hacienda foral es amplio; el objetivo es poner todos los medios disponibles en la lucha contra el fraude. En 2012, se estableció un modelo de impreso específico para este fin (IDP) -que puede descargarse de la página web de la Diputación-, en el que el denunciante identifica a la persona contra la que se interpone la denuncia, describe el hecho denunciado y, si es posible, aporta documentación que permita acreditar los hechos. También se puede realizar a través de la página web o mediante un simple escrito entregado en las oficinas forales. Incluso reciben a ciudadanos que se personan en las propias instalaciones de Hacienda.

Según los datos aportados este lunes por la diputada de Hacienda y Finanzas, Itxaso Berrojalbiz, en las Juntas Generales al presentar el balance de las actuaciones sobre lucha contra el fraude fiscal en 2023, el año pasado se recibieron en la Diputación 217 denuncias presentadas por ciudadanos. De ellas, el 46% derivó en una inspección. "Es de agradecer la labor que se realiza a través de esta vía", ha reconocido la responsable foral.

Una vez que se recibe la denuncia, en Hacienda se elabora un informe previo de cada una de ellas en el que se analiza si la información que se aporta se puede contrastar y, de esta forma, seguir adelante con la investigación. Esta es la principal causa por la que más de la mitad de las denuncias se archivan; una denuncia sin pruebas, sin datos, sin nada que permita a los inspectores contrastar si existe un fraude, difícilmente puede avanzar. No es que todas sean falsas, sino que no tienen soporte probatorio; se trata de notificaciones ambiguas, sin una información mínima.

Eso sí, ninguna cae en saco roto. Hacienda cuenta con medios para contrastar informaciones, desde visitas in situ de los agentes fiscales, a la hora de comprobar, por ejemplo, si en un domicilio se realiza alguna actividad económica sin declarar, o verificar el consumo eléctrico de una vivienda para ver si está habitada o alquilada.

Anonimato garantizado

Aunque en el propio modelo el denunciante puede aportar sus datos, de forma que Hacienda pueda contactar con él si necesita más información, se pueden presentar notificaciones de forma anónima. La privacidad en todo el proceso es total: ni el denunciante sabrá qué ha ocurrido con su denuncia -no se le informa del resultado de las actuaciones- ni el denunciado sabrá cuál ha sido el origen de la investigación.