Antonio Raíllo las ha visto de todos los colores en su trayectoria futbolística, incluidas las ocho temporadas que lleva defendiendo la camiseta del Mallorca en tres categorías diferentes: Primera, Segunda y Segunda B. Él, al igual que Abdón Prats, formaba parte de aquella plantilla que, en la campaña 2017-18, logró dejar atrás la división de bronce y ahora se encuentra a un paso de ser campeón de Copa. Por ello, cuando se le preguntaba en la rueda de prensa ofrecida esta tarde en La Cartuja sobre la presión que pueden sentir los jugadores bermellones en vísperas de un cita de esta dimensión, el capitán mallorquinista relativizaba la cuestión: "A la plantilla la veo muy tranquila, muy preparada para este partido. Hemos vivido muchas veces la situación de jugar un partido por no fracasar. Ese tipo de situación negativa, sabiendo que te juegas la vida, es mucho más difícil de soportar que la presión por el éxito".

"Hemos vivido muchas veces la situación de jugar un partido por no fracasar. Ese tipo de situación negativa, sabiendo que te juegas la vida, es mucho más difícil de soportar que la presión por el éxito"

En este tiovivo de sensaciones en el que el Mallorca ha estado sumido en las últimas campañas, Raíllo quería recordar en puertas de una acontecimiento tan importante a muchos compañeros de aquella época en las catacumbas "que se han quedado por el camino" y que ahora no pueden disfrutar de estos días de vino y rosas: "Los méritos y los halagos se los va llevar la plantilla actual, pero ellos son parte de este trayecto. Les quiero agradecer mucho el haber estado conmigo desde Segunda B hasta aquí".

El defensa cordobés retrocede a mayo de 2018, cuando lograron derrotar al Mirandés y ascender a Segunda, paso previo a su escalada hasta la máxima categoría: "La repercusión de esta final es mucho más grande, pero aquel partido en Segunda B tenía mucho más presión. Era una obligación, el Mallorca tenía que salir del pozo. A partir de ahí, el equipo se liberó mucho y eso le hizo llegar a Primera". En cualquier caso, tiene claro que "los partidos más difíciles de jugar son aquellos en los que te juegas bajar de categoría. Cuando te contratan, el mínimo que te exigen es la salvación y el no llegar a ese mínimo te genera más estrés que conseguir un título".

Por todo ello, Raíllo vive estas fechas previas a la final "con mucha tranquilidad". En su opinión, "el entorno es positivo, de ilusión. Hay gente que lleva mucho tiempo sin vivir esto con el Mallorca y la caseta se siente responsable al saber que tiene que hacerlo bien. Pero sin exceso de presión, así lo hemos hecho hasta ahora y es lo que nos traído hasta aquí".

"Hay gente que lleva mucho tiempo sin vivir esto con el Mallorca y la caseta se siente responsable al saber que tiene que hacerlo bien. Pero sin exceso de presión, así lo hemos hecho hasta ahora y es lo que nos traído hasta aquí"

El capitán bermellón sabe que en el bando rojiblanco hay mucha hambre de gloria tras una larga serie de finales perdidas, pero tiene claro que el Mallorca también se ha ganado a pulso el poder soñar con la Copa: "Nos lo merecemos, hemos salido del infierno para poder tocar el cielo".

Y en referencia a la abrumadora mayoría de aficionados rojiblancos tanto en La Cartuja como en toda Sevilla, Raíllo pedía a la hinchada balear "que no se sienta inferior a nadie". Refiriéndose al Athletic como "el Bilbao", se excedía en el número de socios al decir que tiene "50.000 o 60.000" cuando en realidad son unos 43.700. "El Mallorca tendrá unos 20.000, las matemáticas no salen. Ellos seguramente tendrán más afición que nosotros, pero el sentimiento de cada afición será el mismo", concluye.