La sentencia sobre el juicio a cuatro de los cinco miembros de La Manada por la acusación de abuso sexual a una joven en Pozoblanco (Córdoba) en 2016 se conocerá mañana y desvelará la validez como prueba del vídeo que provocó la apertura del caso.
Los cuatro acusados, Alfonso Jesús Cabezuelo, José Ángel Prenda, Antonio Manuel Guerrero y Jesús Escudero, junto a un quinto integrante de La Manada, ya están condenados a quince años de prisión por la violación en grupo de una joven en los Sanfermines en julio de ese mismo año.
El juez de lo Penal número 1 deberá dilucidar si los agentes de la Policía Foral de Navarra obtuvieron "de forma ilícita" la prueba porque "carecían de autorización judicial" para ello, como mantuvo durante las sesiones, celebradas el pasado noviembre, el abogado de la defensa, Agustín Martínez.
El letrado rechazó en la vista que los agentes forales hallasen el vídeo de forma casual durante la investigación de la violación de los Sanfermines, y arguyó por contra que hicieron una "investigación prospectiva de manual" que carecía de interés para el estudio pericial de la causa de Pamplona.
Pese a solicitar la absolución por la invalidez de la prueba, y además de negar los abusos, Martínez pidió, como alternativa, dos años de prisión para Prenda por un delito de maltrato con la concurrencia de otro contra la intimidad; una pena de seis meses de prisión para Cabezuelo y Guerrero por delitos contra la integridad moral; y para Escudero una multa de un mes a razón de seis euros diarios por un delito de maltrato.
La Fiscalía dejó en seis años, frente a los siete que solicitaba en su escrito de acusación provisional, la petición de prisión: cuatro años para cada uno de ellos por un delito contra la intimidad y dos por abuso sexual.
El fiscal defendió que el vídeo se obtuvo con "absoluto respeto a derecho" y sin que se hubiesen "afectado los derechos fundamentales de los acusados".
La acusación particular, ejercida por la joven y dirigida por el letrado Blas Arévalo, también entendió el vídeo una prueba "plenamente lícita" y pidió dos años y medio a cada uno de los acusados por un delito continuado de abusos y cuatro años por el delito contra la intimidad.
Los hechos juzgados ocurrieron entre los municipios cordobeses de Torrecampo y Pozoblanco en la madrugada del 1 de mayo de 2016, cuando la joven y los integrantes de La Manada, uno de los cuales había estado destinado como guardia civil en el puesto de esta última población, coincidieron en la feria del primero de los pueblos.
La joven no recordada con exactitud los hechos, pero la visualización del vídeo descubierto por la Policía Foral le confirmó las sospechas, ya que en el trayecto entre Torrecampo y Pozoblanco perdió la consciencia por causas no precisadas.