SUS tartas no solo están riquísimas, sino que además son dulces obras de arte que generan ilusión. Lo mismo los decora con rosas comestibles que elabora con paciencia y mimo durante días, que sitúa al personaje de Bob Esponja como protagonista de su creación más golosa. Ella no se dedica profesionalmente a la pastelería, pero sin embargo, reconoce disfrutar con las manos en la masa.

Para Tatiana Corral, que trabaja en marketing, su afición ha ido creciendo con el tiempo hasta conseguir un grupo de fieles seguidores que no pueden resistirse a sus postres personalizados. De hecho a más de una noche le ha robado horas de sueño para poder atender a las peticiones. “Tengo amigas que me llaman para hacer tartas de cumpleaños a sus hijos o amigos. Lo ven como algo especial y me piden tartas para dar sorpresas. Ellos me dan la idea, me mandan fotos y cómo la quieren adornar. De lo demás, me encargo yo”, relata.

Tanto gustan sus tartas que hace un tiempo, por sugerencia de los amigos, abrió la página El rincón de la dulzura, en Facebook. Es ahí donde va colgando las imágenes de las customizadas tartas que elabora, las decoradas cajas de cupcakes e incluso coquetas mesas que adorna con pasteles para endulzar diferentes eventos. “En la boda de una amiga me pidieron que organizase un espacio con diferentes postres. Tuvo mucho éxito y después de ese día me han pedido más. Me encanta, tiene mucho trabajo, pero disfruto mucho indagando en el mundo de la repostería”, asegura Corral.

Se inició en esto de la repostería por casualidad. Su madre trabajaba en una tienda donde vendían prensa y comenzaron a comprar colecciones de moldes de silicona para realizar tartas y diferentes dulces. “Tuvo tanto éxito que nos juntamos con tropecientos mil moldes y otras tantas recetas que hemos ido elaborando poco a poco. Todavía nos quedan muchas por probar”, explica. Poco a poco, merengue por aquí, chocolate por allá... Tatiana y su ama fueron probando y experimentando diferentes técnicas que les introdujo de cabeza en un hobby que les hace feliz y les relaja. “Hacíamos una comida en casa de las amigas y nosotras llevábamos siempre el postre. Teníamos algún evento y preparábamos tartas o pasteles”, dice Tatiana. Para mejorar la técnica dedica tiempo a ver vídeos en Youtube y ha hecho cursos para fabricar flores comestibles: “Es un mundo apasionante siempre puedes aprender algo”.

Pero eso sí, según afirma Corral, la paciencia es el principal ingrediente que hay que aplicar a la hora de hacer tartas. “Si no lo tienes es fácil que la mezcla de ingredientes no cuaje y por lo tanto el resultado no salga como lo esperado”, argumenta.

La última obra de arte dulce que elaborado es la tarta para el hijo de una amiga. Los personajes Lady bug y Cat noir son las protagonistas de este pastel con fondant. “Es sacrificado, pero también gratificante. Cuando he ido a cumpleaños con una tarta hecha por mí y ves la cara del cumpleañero, la emoción... eso es lo mejor”. Aprovecha las tardes libres para darle forma a su imaginación y a su hobby de pastelera... “Muchas veces digo que no porque no tengo tiempo. Las tartas no se pueden dejar mucho tiempo elaboradas. El bizcocho tiene que estar jugoso y la crema, cuanto más reciente mejor”, añade Tatiana quien no descarta algún día hacer de su hobby una profesión.