El letrado de los mil premios
El abogado vizcaino Kenari Orbe ha ganado en 2018 dos premios en los Best Lawyers y suma nueve reconocimientos en los que se consideran los Oscar de la abogacía
LA sorpresa saltó en 2013. Los prestigiosos premios Best Lawyers subían a los altares a un pequeño despacho getxotarra. El nombre de Kenari Orbe se mezclaba con el de las grandes firmas de letrados estatales al ser premiado en la categoría de Litigios. “Fue una sorpresa en el mundillo jurídico”, confiesa el propio abogado vizcaino, “desde el primer año en que se establecieron los galardones en España estaban acostumbrados a que los premios los copasen, literalmente, los mismos despachos. Alguno pensaría que era algo temporal y lo será, pero lo temporal se va alargando seis años ya”. Y es que desde entonces Kenari ha ganado el mismo premio seis años consecutivos. En la última edición acaba de conquistar dos premios, en la categoría Litigios y en la de Derecho Inmobiliario, donde suma su tercer premio consecutivo. En total, nueve trofeos como nueve soles.
Orbe lleva su propio despacho en Las Arenas desde 2004. Asegura que lo suyo “es vocacional” y veía en la abogacía “la manera de poder atender a la gente que tiene razón, independientemente de su economía, de su capacidad o de lo mejor o peor persona que sea”. De hecho, confiesa que una de las mejores sensaciones que se puede tener como abogado “es conseguir que el cliente se vaya satisfecho y hacer que la ley y la justicia coincidan”.
La revista internacional Best Lawyers organiza estos premios que tienen como aliciente que son otorgados a través de las votaciones de los propios abogados. “Ser premiado por tus compañeros de oficio da una especial satisfacción”, dice Kenari Orbe. De todos modos, se toma los premios con calma y no deja que cambien su manera de trabajar. “Tengo muy tranquila la conciencia porque el día que nos dejen de dar premios, se habrán ido de la misma manera que han venido”.
El caso de Kenari Orbe es toda una excepción. La mayor parte de nominados, no ya premiados, son grandes despachos con numerosos empleados. En el caso de la categoría de Derecho Inmobiliario el suyo era el único despacho nominado de fuera de Madrid o Barcelona y en todas las categorías era el único despacho preseleccionado de fuera de capital de provincia. Toda una muestra de que lo suyo es algo así como abogacía artesanal.
Si bien los premios no han cambiado la manera de trabajar de Kenari Orbe, lo cierto es que sí ha notado que ha habido un antes y un después de ser galardonado. “Recuerdo el juicio que tuve inmediatamente después de ganar el premio por primera vez”, relata el abogado vizcaino, “era un juicio de unos chicos a los que habían detenido tras robar unos jamones. Recuerdo cómo toda la atención de los compañeros y toda la atención del Ministerio Fiscal se centraban en mí y en las preguntas que yo hacía. Me di cuenta de que las cosas habían cambiado a partir de aquello y ya no pasaba desapercibido como un abogado más”.
Lo que no ha cambiado es su manera de recibir a los clientes. “De cara al cliente la idea es siempre ayudarle lo mejor posible”, explica el letrado vizcaino, “sí ha cambiado que el cliente viene con unas expectativas más elevadas. Confunde esto con una sucursal de Lourdes. Aquí viene gente que ha pasado por otros despachos y que les han dicho que no, o que igual sí, pero lo ven muy difícil. Vienen con unas pretensiones muy elevadas. Eso es bonito, porque demuestra confianza en el trabajo que haces”.