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“No quiero competir con la mierda”

Durante casi cinco décadas, Julio y Mariapi han sido emblema del buen vestir de la villa. Al cerrar sus tiendas este mes en Bilbao y Las Arenas notaremos el hueco que dejan en el comercio vizcaino

“No quiero competir con la mierda”

EXISTEN en todas las ciudades rincones, comercios y tiendas que trascienden su propia actividad comercial para pasar a ser sustancia distintiva y esencia de ellas. En este índice de emblemas del tradicional buen vestir bilbaino bien puede colocarse Smith & Smith, que durante cinco décadas ha sido referente de moda de hombre en Bilbao y Las Arenas. Pero el tiempo pasa y ahora que Julio Alegría y Mariapi Alza cierran sus tiendas por edad, notaremos más la referencia que eran en la moda y en el estilismo masculino por el enorme hueco que dejan en la villa.

Aunque el final sea siempre inevitable, ahora que está tan cerca -cierran a finales de enero- afloran más a la superficie los muchos sentimientos de aprecio mutuo de Julio y Mariapi con sus clientes. “Cuando se han enterado que echamos la persiana un cliente nos ha hecho su último pedido: 10 trajes, dos chaquetas y dos smoking... Más allá del encargo, lo importante son las muestras de afecto de centenares de clientes que nos expresan su pesar por dejar de ayudarles a vestir bien”, dice Mariapi.

A la edad se suma la omnipresencia de las multinacionales, la confección a bajo precio (casi siempre también de baja calidad) y, sobre todo, la compra on line. “Me habría encantado que Smith & Smith hubiera permanecido como tienda de referencia, pero es muy difícil competir con precios tirados y productos de muy baja calidad. Si me permites decirlo coloquialmente: no quiero ni puedo competir con la mierda”, se resigna este dandy del vestir de claro estilo british.

Ciertamente hablar de Julio es mencionar Smith & Smith, pero Julio en Bilbao es pantalón, chaquetas, chalecos y mucho más. Es un estilo, pero también una referencia en la villa en otros ambientes como el deporte, porque además de athletizale encendido, fue el impulsor del pádel en Euskadi y es presidente de honor de la federación vasca.

Y no solo esto, sino en cualquier acto benéfico o de interés cultural seguro que podemos ver su inconfundible bigote y su impecable estilo de gentleman junto a una arrasadora personalidad. “Si midiese 10 centímetros más nos arrasaría y no podríamos con él”, comentaba entre risas su amigo Iñaki Azkuna; sin duda, este ímpetu y pasión puestas en lo que hacía ha sido lo que le ha dado la presencia y lo que es en Bilbao como referente. Y es tal vez lo que más melancolía le produzca ahora que deja sus tiendas. Julio y Mariapi saben que se van porque lo han decidido, pero también por la avalancha de afectos que les llegan, por los premios que reciben. “Es una despedida entre afectos”.

Pero como el ímpetu no se ha agotado ni la inquietud le abandonan, Julio tiene en mente sustituir telas e hilos por la pluma y el ordenador. “Me están animando a recoger en un libro todo aquello que ha sido mi vida; las gentes que he conocido, famosos o no, la evolución del negocio y la propia villa; mi experiencia en la moda y en el deporte, así como mi paso por diferentes organizaciones solidarias”.