DESDE hace tiempo los piercings están de moda. Prácticamente en cualquier parte de nuestro cuerpo podemos realizar una perforación, nariz, ceja, ombligo, boca, lengua, etc.. Pero el exceso de esta moda puede traer problemas.
No solamente problemas propios de adaptar un cuerpo extraño a nuestro cuerpo: rechazo, picor, dolor, hasta infección... sino que, por insuficientes medidas higiénicas de esterilización que en ocasiones se tienen, podemos correr el riesgo de infectarnos por el virus de la hepatitis B o C por vía sanguínea e inclusive, en casos extremos, el contagio del virus del VIH.
Las personas que llevan perforaciones en el cuerpo pueden considerarlas una forma de arte o expresión corporal, sin diferencia alguna al uso de aros.
Sin embargo, y según se ha publicado recientemente en el Journal of Dentistry for Children, la perforación de la boca y sus alrededores puede causar daño en los dientes y el tejido bucal.
En este sentido, somos los dentistas los primeros en detectar los efectos perjudiciales y nocivos que estas perforaciones provocan en la cavidad oral viendo cada vez más pacientes con piercing dentro y fuera de la boca.
Algunas complicaciones que tienen los piercing son dolor, infección, inflamación, sangrado prolongado, lesión y retracción en las encías, entumecimiento permanente, pérdida del gusto, problemas de higiene y la fractura o rotura de partes del diente causada por el impacto constante del metal del que están fabricados.
De entre todas las partes del cuerpo susceptibles de un piercing , la lengua es la que corre mayor riesgo de infección. Habitualmente nuestra boca tiene numerosas bacterias y si el piercing no está bien desinfectado, puede provocar algún tipo de infección que pueden afectar a toda la cavidad oral. En la lengua, puede provocar en cualquier momento dolor e hinchazón si no es totalmente tolerado, a esto se une un aumento de saliva y puede provocar hipersensibilidad o alergia al metal y entumecimiento en la punta.
También puede ser el causante de que tanto el habla como la manera de masticar se dificulten o modifiquen. Puede originar que aparezca un desagradable tejido cicatrizante que daña las terminaciones nerviosas de la lengua y por si fuera poco una posible obstrucción de las vías respiratorias debido a un posible proceso inflamatorio.
Pero si a pesar de todo lo expuesto, quieres hacerte un piercing , lo primero hay que asegurarse que se acude a un profesional cualificado para realizarlo, que el material que te van a poner es el adecuado y que esté correctamente esterilizado.
A partir de ahí, mantén una exquisita higiene en la boca durante el periodo de cicatrización, realiza enjuagues bucales con colutorios antisépticos, no consumas alcohol, y ten en cuenta que mientras mantengas el piercing deberás preocuparte al máximo de tu higiene bucal.
Y ante cualquier complicación, hinchazón o dolor, acude a tu DENTISTA para que evalúe el estado de tu boca.
Quizás este articulo puede parecer alarmista, pero, nuestra labor es velar por la salud de nuestros pacientes, y la realización de perforaciones en la cavidad oral es muy peligrosa tanto para la salud oral como general.
Un dato revelador, uno de cada cinco jóvenes que se realiza un piercing sufre algún tipo de complicación a causa del mismo.
Desde el Colegio de Dentistas queremos con este artículo, informar a los pacientes de las complicaciones que se pueden tener y de que antes de hacerte un piercing te lo pienses dos veces, si así todo, te lo quieres hacer, es muy importante que se mantengan estrictos controles de higiene y que SE ACUDA REGULARMENTE AL DENTISTA para que éste valore tu estado de salud bucal. ?