MOSCÚ. "A partir de mañana volverá a marcar la hora", anunció Mijaíl Piotrovski, director del museo de la antigua capital imperial.

El reloj, cuyas manecillas fueron detenidas para dejar para la historia el triunfo de la revolución, ha marcado durante un siglo la misma hora: las dos y diez minutos.

El preciado reloj, que está bañado en oro y cuya base es la figura de un rinoceronte, se encuentra en el conocido como comedor blanco del Palacio de Invierno.

Entonces hogar de la familia imperial y ahora sede del Hermitage, el palacio aún conserva en sus salas las huellas de los disparos efectuados por los revolucionarios.

Los bolcheviques y marineros asaltaron el edificio y arrestaron al Gobierno provisional de Alexandr Kerenski, escena que Serguéi Eisenstein exageró considerablemente en su película "Octubre", ya que apenas hubo violencia.

Eso sí, Piotrovski ya aseguró en su momento que el museo no escenificará la toma del edificio, al igual que tampoco se repetirá el cañonazo del crucero "Aurora" que dio inicio a la revuelta en Petrogrado (actual San Petersburgo).