BARCELONA. Uriach recuerda en su libro que cuando supo de la existencia de un principio activo que se facilitaba a los soldados que iban a combatir en Normandía para evitar que se marearan, viajó a Estados Unidos para buscarlo y traerlo a España, comercializándolo en 1952 bajo el nombre de Biodramina.

"La Biodramina nos cambió la vida. Nos avanzamos al turismo de carretera, a la cultura del utilitario y al Seat 600", recuerda el creador de la farmacéutica catalana, que subraya que no fue hasta la década de los 60, con el boom del Seat 600 y la llegada masiva de los coches, cuando se convirtió en el fármaco estrella.

En aquella época, comenzaban los viajes en coche y, por tanto, los mareos: "No estábamos adaptados para ese gran cambio. El turismo de interior empezaba a crecer, pero las carreteras eran una porquería, un desastre total. Estaban llenas de curvas.Los vehículos tampoco estaban preparados. Se llenaban de humo y con frecuencia, olían a gasolina".

"Viajar en coche era, a menudo, un pequeño calvario. En el coche no podía faltar nunca un tubo de Biodramina", recuerda su creador en sus memorias.

La mejora de las carreteras y la innovación en los coches hicieron que las ventas se estancaran, pero el aumento de los viajes en avión y en barco, por el auge de los cruceros, le han devuelto a una época dorada, según la farmacéutica.