Ni de Gernika ni de Lodosa ni de Padrón... Los pimientos del futuro podrían venir del espacio. Los dos cosmonautas rusos que partirán hoy a bordo de la nave Soyuz MS-02 con destino a la Estación Espacial Internacional (EEI) cultivarán pimientos en el invernadero de la plataforma orbital.

La Soyuz despegará impulsada por un cohete portador desde el cosmódromo ruso de Baikonur, situado en la estepa kazaja, y se acoplará a la estación el viernes. En la nave, la segunda de la nueva serie de Soyuz, viajarán los cosmonautas rusos Serguéi Rizhikov (comandante) y Andréi Borisenko, y el astronauta estadounidense de la NASA, Shane Kimbrough. Borisenko destacó ayer entre los experimentos científicos previstos el cultivo de pimientos “en condiciones de ingravidez” en el invernadero Lada y el control remoto de aparatos para la exploración de otros planetas desde la EEI.

Los integrantes de la quincuagésima expedición a la plataforma orbital, que debían haber partido el 23 de septiembre, serán recibidos por el ruso Anatoli Ivanishin, el japonés Takutya Onishi y la norteamericana Kathleen Rubens. En los próximos meses la EEI recibirá varias naves no tripuladas con carga vital para los tripulantes de la EEI: la rusa Progress, la estadounidense Dragon y la japonesa HTV.

En el principio, fue la lechuga El pimiento no será, no obstante, la primera verdura que se cultiva en el espacio. El año pasado, los ocupantes de la EEI cosecharon la primera lechuga producida en órbita. El astronauta estadounidense Scott Kelly ironizó entonces sobre la lechuga espacial al señalar que debería trabajarse más “en el cocinado”. “Explorar la ciencia #NASAVeggie fue sabroso. Quizá deberíamos trabajar más en el cocinado”, indicó en Twitter un día después del primer bocado. Kelly, junto con sus compatriota Kjell Lindgren y el japonés Kimiya Yui, fueron los primeros en saborear las cabezas de lechuga espaciales.

Primero limpiaron las lechugas con toallas antisépticas, y a continuación las probaron crudas. Posteriormente, las aliñaron con un poco de aceite de oliva extra y vinagre balsámico. “Si alguna vez vamos a Marte, y algún día iremos, vamos a necesitar una nave que sea mucho más sostenible”, añadió Kelly en un vídeo divulgado por la NASA. El experimento, con el nombre oficial de Veg-01 o Veggie, tiene el objetivo de estudiar el crecimiento de las plantas en un ambiente de microgravedad y mejorar los métodos que podrían desarrollar el cultivo en órbita. La NASA también recurrió a la ironía al comentar que “se trataba de un pequeño bocado para el hombre, y una hoja gigante para humanidad”, en un juego de palabras que alude a la famosa frase de Neil Armstrong al pisar la Luna en la misión Apolo 11 en 1969. El contenedor especial de la lechuga, que fue desarrollado por Orbital Technologies Corporation en Madison (Wisconsin) y enviado al espacio a bordo de la cápsula de carga SpaceX Dragon, cuenta con un sistema de irrigación para mantener la humedad y unas luces especiales para ayudar a crecer a la planta. Las semillas fueron activadas por Kelly en la EEI y crecieron durante 33 días. El pimiento toma el relevo a la lechuga y quizá luego venga el tomate, la cebolla... y quién sabe si algo más consistente para acompañar.

¿Menos viajes? Tal vez así, las agencias espaciales podrán reducir el número de viajes para abastecer de alimentos a la EEI, algo que sale bastante más caro que comer todos los días de estrella Michelin, y es infinitamente menos seguro. La NASA, a través de la contratista privada Orbital ATK, lanzó ayer un cohete con provisiones para la estación desde la plataforma Wallops, en Virginia, que estaba cerrada desde hacía dos años por la explosión de otra nave. En esta ocasión, el cohete tipo Antares 230 que Orbital ATK lanzó al espacio tenía nuevos motores en sustitución de los anteriores a los que culpó del accidente de octubre de 2014. Sí todo va como está previsto, solo resta desearles a los astronautas: Bon appéttit! - DEIA/Efe