“Los centros de poder nunca son aburridos”
Ha recibido el XXI Premio de Periodismo Salvador de Madariaga. El jurado destaca “su manera didáctica de traducir la terminología comunitaria”
bilbao - Este galardón que otorgan la Asociación de Periodistas Europeos, la Representación en España de la Comisión Europea y la Oficina en España del Parlamento Europeo ha recaído en Álvaro López de Goikoetxea (Vitoria-Gasteiz, 1960), que trabaja en la capital belga desde 2008, año hasta el que fue director del Centro Territorial de TVE en el País Vasco.
‘Traducir’ la información comunitaria, que tiene un lenguaje propio, ¿es muy difícil?
-Es un galimatías de siglas y nombres y como uno mismo no entienda las cosas, difícilmente las podrá transmitir. Un ejemplo: el Consejo Europeo es como nos referimos a la reunión de los jefes de Gobierno de la UE, pero existe el Consejo de Europa que está en Estrasburgo y ni siquiera es una institución comunitaria. La diferencia de denominación es mínima.
Tras siete años, ¿usted ya ha conseguido comprender todo?
-Me ha dado tiempo a situarme en una época de gran vorágine, pero los temas son inabarcables. Por lo menos he conseguido no perderme en toda esta nomenclatura en un momento en que se ha vivido a velocidad de vértigo. Llegué en 2008, justo al comienzo de la crisis, y aquí he vivido lo más duro: primero la crisis mundial, después la del euro y en medio de todo Grecia.
Y le preocupaba no tener presencia en los ‘Telediarios’...
-Yo creo que antes Bruselas tenía menos peso, la UE había entrado en un momento de depresión a raíz de la no aprobación de la Constitución europea, rechazada en Francia y Holanda. La información comunitaria se había quedado estancada, pero la crisis de las subprime y de Lehman Brothers llegó hasta aquí, la UE cada vez tiene más cosas que decir y Bruselas se convierte en una gran capital política de referencia.
¿Veremos la idea de Europa de Schuman, Adenauer y Monnet?
-En cierta medida ya lo estamos viendo, pero lo de una Europa igualitaria es más complejo, sobre todo en este momento. Pero sigue habiendo candidatos a entrar, así que algún atractivo tendrá este club. En todo caso, en los próximos años parece difícil que se adhieran más socios. Juncker ya anunció en su toma de posesión que impulsar nuevas ampliaciones no está entre sus prioridades. Pero insisto: que haya lista de espera para ingresar tanto en la UE como en la propia eurozona es un síntoma de que desde el exterior se ven más alicientes que problemas. Seguramente fuera hace más frío.
Pero por primera vez también hay candidatos a salir, no solo a entrar.
-Se habla mucho de la posibilidad de salida de Grecia de la eurozona, que implicaría también la salida de la UE, pero que eso no nos despiste. No creo que a Grecia le convenga salir ni que la eurozona vaya a permitirlo. Se amenaza con esa posibilidad desde Atenas y desde Berlín, pero porque estamos en plena negociación de lo que seguramente va a ser el tercer plan de rescate a Grecia. Cada uno pone encima de la mesa todo lo que puede.
Y más descontentos dentro...
-El país que tiene planteado un referéndum de salida de la UE es el Reino Unido para 2017. Lo prometió Cameron si gana las elecciones y eso sí puede ser un gran problema.
Y otros países no quieren entrar de ninguna manera...
-Es cierto, pero nada comparable con lo del Reino Unido. Islandia acaba de retirar su candidatura, Noruega tiene medios más que suficientes para vivir estupendamente y lo ve todo con mucha distancia y lo mismo ocurre con Suiza. Son países muy pequeños que tienen particularidades muy grandes. Sin embargo, en los Balcanes, quienes hace 25 años participaban en una cruenta guerra civil ahora quieren entrar en la Unión. Y muchas ex repúblicas soviéticas.
Cuando fue a Bruselas, ¿pensó que era un destino aburrido?
-Los centros de poder nunca me han parecido aburridos. Se pueden decidir muchas cosas y hay mucha gente presionando en distintas direcciones, lo que hace que sean apasionantes. Nunca diría que Washington o Bruselas son aburridos. Por cierto, ambas ciudades son las que tienen mayor número de lobbystas por metro cuadrado. Donde hay tantos lobbys puede haber presión, pero no aburrimiento.
¿Ha conocido muchos ‘lobbystas’?
-En el edificio de la corresponsalía creo que los únicos que no somos lobbystas somos nosotros, ja, ja, ja. El estatus de lobbysta, que en España está muy mal visto, está perfectamente definido en Bruselas, en la UE y en Estados Unidos.
¿Habrá un futuro en el que la UE se comporte como un solo actor o no se superará el Estado-nación?
-La UE nació tras dos guerras durísimas que tuvieron su origen en los intereses nacionales, en unos nacionalismos exacerbados en Alemania, Reino Unido, Francia... que dejaron a la comunidad mundial devastada. La UE pretende superar esas rivalidades nacionales -que en el caso de Francia y Alemania habían llevado a muchas guerras bilaterales- y unir las energías de quienes hasta entonces las habían gastado en pelear entre ellos. Es un gran logro.
¿Europa hablará con una sola voz?
-De momento se intenta que hable de la manera más acompasada posible y es a lo más a lo que hoy se puede aspirar. La UE no puede actuar como un solo país porque, entre otras cosas, no tiene un Ejército propio para intervenir en determinados conflictos con la rapidez que se requiere. Creo que carece de los instrumentos y ahora mismo también de la vocación y la unidad de criterio como para actuar con la agilidad que se le exige a un Estado. Tiene un gran poder económico que es su mayor baza, aunque políticamente todavía deja mucho que desear.
¿Cómo se ha llegado a una moneda común pero no a un ejército o a una diplomacia únicas?
-Cuando se necesita un instrumento militar se mira directamente a la OTAN. En cuanto a la diplomacia, Catherine Ashton tuvo mucho mérito en las negociaciones nucleares con Irán pero ni ella, ni ahora Federica Mogherini, son el exponente máximo de la diplomacia europea, que sigue siendo una cuestión nacional. ¿Y por qué sí hay una moneda? Porque la UE tiene la vocación inicial de ser una gran unión económica, de hecho antes se llamaba Comunidad Económica Europea (CEE) y nació de la Comunidad Europa del Carbón y del Acero (CECA).
La pérdida de valor del euro frente al dólar, ¿es una estrategia?
-El Banco Central Europeo está haciendo con siete años de retraso lo que hicieron la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra, lo que comúnmente se llama poner a funcionar la máquina de hacer dinero. Busca reducir la distancia entre euro y dólar, lo que supone un beneficio para las exportaciones, y tiene un objetivo fundamental: que la inflación esté un poco por debajo del 2% porque hay pavor a la deflación.
Más en Vivir
-
K-drama: el nuevo fenómeno coreano que arrasa en las plataformas
-
Chef Aiman, la primera inteligencia artificial creativa capaz de crear menú y diseñar recetas
-
Aprende a hacer queso de untar con un solo ingrediente
-
La batalla de Atapuerca, un hito de la rivalidad medieval entre Navarra y Castilla del que puedes ser testigo