“En esencia, la historia de la evolución es la supervivencia”

¿Qué hace una médica en una excavación paleontológica?

-Siempre pensé que la disciplina más completa para comprender al ser humano era la medicina, porque nos estudia cuando estamos bien y mal; con la paleontología puedo estudiar esos cambios a lo largo de cientos de miles/millones de años.

¿Qué interés reporta el saber de qué moría el Homo antecesor?

-Es interesante para el ser humano presente conocer en qué cosas somos únicos y en cuáles no. Porque no nos diferenciamos tanto de nuestros antepasados puesto que todas las especies humanas pasadas y actuales estamos unidas en una misma lucha: la supervivencia

¿Por qué una paleopatóloga se dedica al estudio de la dentadura/boca de los Homo anteriores? ¿Quizá porque “dime lo que comes y te diré lo que eres”?

-En muchos aspectos sí. Los dientes son los fósiles más abundantes y mejor preservados por su dureza estructural. Su análisis nos aporta muchísima información sobre la dieta y sobre cómo era la especie; las especies de ahora y las del pasado tienen dientes diferentes que indican adaptaciones y nos hablan de con qué especies tenemos parentesco más o menos cercano. Incluso podemos rastrear nuestro origen.

¿Los Neandertales se limpiaban la boca/los dientes? ¿Usaban palillos?

-Sí, usaron el palillo; pero no solo los neandertales, también el homínido de la sima de El Elefante, de 1,2 millones de años de antigüedad; parece una costumbre arraigada en el género homo como sistema de higiene para eliminar restos de comida en los dientes. O pudiera tener alguna intención terapéutica. Dicen que el conocido Miguelón pudo morir a causa de un flemón, ¿a tanto podía llegar?

-Sí. Cosas banales hoy en el pasado fueron fatales. Hablamos de un homínido de hace medio millón de años, cuando no se conocía el antibiótico ni otras formas de frenar infecciones. Al estudiar la cara, la nariz y todo el hueso maxilar de Miguelón lo que se observa es un flemón llevado a su extremo; una inflamación completa de la cara que se le extendió a una parte del suelo de la nariz. Si no se ataja, origina una septicemia generalizada y mueres.

¿Puede conocerse desde sus dientes si practicaban el canibalismo?

-No en los dientes, pero sí en las marcas de los huesos que habían sido canibalizados. En el yacimiento de Grandolina en Atapuerca hemos encontrado una cantidad impresionantes de huesos de animales, pero también humanos que presentan marcas que responden a actos de canibalismo. Hay fracturas que indican que el hueso fue roto en fresco, justo tras la muerte o cuando el cadáver aún estaba caliente.

Situémonos hace 200.000 años, ¿padecían de tuberculosis, sífilis, hepatitis, viruela, tifus o malaria??

-No, porque las grandes enfermedades infecciosas son modernas; aparecieron con la densidad poblacional suficiente para producir contagio, con la agricultura y sobre todo con la ganadería. Muchas de estas dolencias se deben a los patógenos que estaban en animales, pero, con la convivencia con los humanos mutaron y empezaron a afectar al humano. Con el hacinamiento y la ganadería llegaron las infecciones.

¿Cuántos años solían vivir?

-Neandertales y pre-neandertales con 35-40 años eran ya ancianos.

Muchos dicen que Atapuerca es un libro, semiabierto y aún poco leído, ¿su lectura global nos permitirá ser “mejores”? (no bajo un concepto ético sino biológico)

-Es importantísimo conocer nuestra historia, porque solo sabiendo en qué somos únicos y en qué no, comprenderemos y valoraremos lo que somos y las posibilidades de lo que hacemos. Biológicamente hemos mejorado, quizá no tanto en la especie, sino en la supervivencia. Al final, en esencia la historia de la evolución es la supervivencia. Atapuerca nos deja ver el recorrido durante más de un millón de años de cómo nos hemos arreglado siempre para sobrevivir; nos da muchas claves sobre la evolución del ser humano y nos contextualiza lo bueno y lo malo de la especie actual.

mÉDICA paleopatóloga en atapuerca