Bilbao - Amarás a la mecánica por encima de todas las cosas. Es el primer mandamiento profesional de Juan Carlos Sánchez, relojero artesano que cuida y repara los músculos y tendones de cualquier reloj que se cruce en su camino o, lo que es lo mismo, en su taller. Habla con pasión de la horología, el arte o la ciencia de medir el tiempo. Relojes, relojes de sol, clepsidras, temporizadores, grabadoras de tiempo y cronómetros marinos son los utensilios propios de esa ciencia. Y con idéntico cariño que su padre, Isidro Sánchez, quien le transmitió ese amor y ese oficio. A él y a su hermano José Alberto, relojero también.
Buenas, tengo un reloj de cuarzo que...
-Perdone. Los relojes de cuarzo te dan la hora, sí. Pero no son relojes. Como ese de Google: un ordenador en la muñeca. Los auténticos relojes están basados en la mecánica.
Hay algunos pelucos que alcanzan precios estratosféricos...
-Hay auténticas joyas, sí. Sobre todo relojes mecánicos, piezas de artesanía que hoy vuelven con pujanza. El reloj mecánico es la máquina perfecta y está de moda.
Por sus manos habrán pasado auténticas fortunas...
-Mi padre tenía razón al decir que éste es un oficio de pobres con herramientas de ricos.
Son 84 piezas condensadas en medio gramo en la jaula de tourbillon, una labor ímproba... ¿Qué hacer cuando la mecánica se resiste?
-Tú no puedes ir contra la mecánica, pero si la tratas bien, si la mimas, su respuesta es maravillosa. Si la maltratas se revuelve, así que debes darle cariño y paciencia.
Venga, láncese: ¿cuál es el ingrediente secreto?
-La máquina tiene que estar en contacto con la persona, sentir su pulso. Y hay que considerar los cuidados...
¿Cada cuánto?
-Un buen reloj mecánico requiere la misma asistencia que un coche que pide un cambio de aceite. Aproximadamente cada cuatro años. Es una pieza exquisita que requiere un trato equiparable.
Leo aquí, en su taller: ‘L’ Espirit du Temps’
-El espíritu del tiempo, sí. Creo que es la frase que mejor define lo que es un gran reloj.
Imagine que quiero aprender el oficio... ¿tengo futuro?
-El oficio se muere porque está monopolizado. Tienden a desaparecer los talleres libres donde se repara cualquier marca.
Yo soy terco: ¡Enséñeme!
-Si buscase un becario tendría cola...
¿Pero?
-Tiene que estar dos años de pie, solo mirando y aprendiendo, como estuve yo ¡Y sin cobrar! O mejor dicho, pagando porque es formación para un oficio. Me quedo solo de la misma, ya ve.
¿Cuántos relojes arregla al día?
-No me preocupa. Lo que me preocupa son los que me vuelven. Es señal de que algo hice mal.
Tiene aquí herramientas fabulosas, todo un ajuar...
-Es casi como un quirófano. Hay que trabajar con la misma precisión.
La mayor dificultad está en...
-Desmontarlo. Hay que memorizar cada pieza para montarlo igual.
Relojero artesano