Director y guionista: David Trueba. Reparto: Javier Cámara; Natalia de Molina; Francesc Colomer; Ramón Fontseré; Rogelio Fernández Espinosa; Jorge Sanz y Ariadna Gil. Productora ejecutiva: Cristina Huete
Vivir es fácil con los ojos cerrados es una película que eleva la anti-crispación a una categoría moral. Por una parte, dulcifica la voz del narrador que escuchamos a través del NO-DO , aquellos noticieros del franquismo que eran agrios y sarcásticos cuando querían ser dulces y correctos. Cuando los Beatles visitaron Madrid, la voz oficial del régimen informaba de los rosarios colectivos y afirmaba que las únicas oportunidades para triunfar pasaban por el toreo o por una quiniela vencedora. Por otra parte, la entrañable historia que cuenta está lejos del ambiente crispado actual. Por tanto, el director David Trueba ha querido hacer una película de conciencia amable y tierna. Consecuentemente no crispante.
Basado en una historia real de un profesor de inglés seguidor de Los Beatles, David Trueba crea una road movie luminosa y espacial que recupera la magia del autostop: un ritual que ya solo existe prácticamente en el cine. Javier Cámara, un inmenso actor que se viste de maestro y pedagogo, es ese loco majo que tiene la misión de encontrarse con John Lennon en la provincia mítica de Almería, escenario de superproducciones y lugar remoto anclado en el pasado. Ahí se refugió a las órdenes de Richard Lester para rodar una película antibelicista. Aunque el Lennon que llega a España es un sujeto en crisis. Almería significó para él y para muchos visitantes, el sitio ideal para estar aislados del mundo. En aquella época lanzó la inmortal Help. Además, justo en ese espacio desértico, compuso la canción Strawberry Fields Forever. La película reflota un espacio mitificado por extranjeros: los únicos que podrían crear y expresarse en libertad.
La expareja de Joko Ono es un símbolo a la vista de David Trueba, que no nos ofrece una clara imagen (solo le vemos de espaldas pero llegamos a escuchar su voz). Una voz amiga y nada estridente, en sintonía con el tono familiar y cercano del filme: hay escasos gritos en la película. Escasos momentos de inestabilidad que se diluyen con intuitiva facilidad. El director de los despertares, David Trueba, recorre un escenario que mezcla lo extranjerizante y lo local. Aparte de grandes interpretaciones, son de remarcar algunas participaciones de los lugareños, como el recepcionista del hotel.
A Javier Cámara le acompañan Natalia de Molina y Francesc Colomer. La primera se estrena como protagonista y al segundo ya le vimos en Pa Negre. Según el director, Francesc es alguien que hace poderosos los silencios y las miradas. Las miradas seguro. El acento, quizás no tanto, al menos si eres el hijo de un madrileño castizo como el personaje autoritario que interpreta Jorge Sanz.
Vivir es fácil con los ojos cerrados, estrenado en el pasado Zinemaldia, es un canto a la alegría que sitúa la vida en el escenario de las huidas (huir es viajar con los problemas).
Es posible que el tono amable y ternurista de la película agote a algún espectador que se sienta en una butaca después de comer o salir del trabajo y le recuerde, asimismo, las buenas intenciones de alguna serie como Cuéntame. O le moleste no ver ningún malo-malo (alguno hay, más brutote que malo). Pero David Trueba es consciente de que el cine solo recorre los sueños que explora la gente. Y esa gente, le ha salido maja y sonrojada, abierta e íntegra. La sensación de comunidad invade a la película: lazos y vínculos que se crean desde la espontaneidad y la comprensión. Lectura que, vista desde la realidad de hoy, genera nostalgia y extrañeza.
Sea como fuere, Trueba nos regala otros dos caprichos; dos auténticas leyendas del jazz contemporáneo: Charlie Haden y Pat Metheny, que han compuesto en Los Ángeles la música de la película.Una película relajada y relaxing.