Es una bombilla particular. Especial. Pero muy barata. Alfredo Moser el mecánico que creó una bombilla con una botella de plástico, después de sufrir uno de los frecuentes apagones que afectaban a Uberaba, la ciudad en la que vive al sur de Brasil.

El ingenio es sencillo, pero sobre todo, está al alcance de cualquiera: una botella de plástico de dos litros llena de agua a la que se añade algo de lejía para preservarla de las algas. La botella se coloca en un agujero del tejado y se ajusta con resina de poliéster.

Gracias a esto la iluminación es gratuita y ecológica durante el día. Es especialmente útil para chabolas.

Esta idea ha experimentado una gran expansión en todo el planeta.