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'Geocaching', la caza del tesoro urbano que cautiva a los jóvenes

'Geocaching', la caza del tesoro urbano que cautiva a los jóvenesUnai Beroiz

GASTEIZ Solo en el Estado había en 2012 más de 27.000 "tesoros" escondidos en distintas ciudades, aunque Catalunya con 8.963 objetos ocultos, Andalucía con 3.036, Madrid con 2.728 y Castilla y León con 2.219 son los territorios más activos.

Para encontrar un tesoro, denominado también "caché", los jugadores deben registrarse en la página de "Geocaching" y, tras seleccionar la ciudad en la que se encuentran, localizar los que están escondidos en ella, con sus correspondientes coordenadas o referencias del lugar, ya sea una catedral, una señal de tráfico o una parada de autobús.

"Frente a la estación de tren, tienes que hacer una llamada telefónica". Ésta fue la indicación que encontraron por ejemplo dos amigas de Gasteiz, que también descubrieron otro "tesoro" tras "contar hasta cien los barrotes de hierro" que hay en la plaza de toros de la capital alavesa, en el último de los cuales hallaron el preciado "caché", que consistía en un bote de plástico con la lista de personas que lo habían descubierto anteriormente.

El contenido que se guarda generalmente en recipientes de plástico para que no se moje, es lo de menos. La diversión consiste en encontrarlo.

En algunas ocasiones, sí se guardan artículos como cámaras de fotos de usar y tirar, juguetes, mapas, libros o información sobre atracciones cercanas, lugares de interés turístico o chistes.

Incluso existen tesoros compuestos a su vez de varios "cachés" que requieren resolver adivinanzas para encontrar otros "tesoros", pero siempre incluyen documentación sobre quién colocó ese objeto y las personas que ya lo han descubierto.

Todo lo que se pide al buscador es que si encuentra un "tesoro" y le gusta su contenido puede quedárselo siempre que deje en su lugar otro objeto de igual valor. Además tiene que registrarse en el listado que contiene y dar parte de su hallazgo en la página web.

El "Geocaching" comenzó en los Estados Unidos hace ya trece años de la mano de David Ulmer, un experto en sistemas de navegación por satélite. Lo que empezó como un entretenimiento, se ha extendido hasta el punto de que en 2012 había 1.916.861 "cachés" repartidos por más de 200 países, con más de cinco millones de seguidores.

Los países más implicados en esta actividad son Alemania, con 288.600 "cachés", Canadá con 170.000 o Francia con 60.000.

Además, la innovación y la originalidad han cobrado fuerza y cada vez se buscan lugares más peculiares o desconocidos para esconder los objetos, lo que permite a los seguidores descubrir rincones no sólo de su propia ciudad, sino convertir esta actividad en todo un incentivo para viajar y recorrer lugares que no encontrarían como turistas.

Así, en Madrid han creado un blog dedicado al "Geocaching", en el que se "muestran los encantos de la ciudad" a través de 441 tesoros escondidos en un radio de doce kilómetros desde la Puerta del Sol.

"Es una manera de salir de casa con un rumbo, de conocer los rincones de la ciudad y de hacer deporte", ha explicado una de las jugadoras.

La habilidosa colocación de los tesoros ha llevado incluso a personas a denunciar a la Policía que alguien llevaba una hora dando vueltas por el mismo sitio con un "aparato en la mano", en referencia al GPS que le permitía conocer las coordenadas.

Cuando se produce el hallazgo del objeto, los jugadores tratan de ser muy discretos para no llamar la atención de los viandantes.

Así lo hicieron dos jugadores o "geocachers" que encontraron su tesoro en el respaldo de un banco público donde dormitaba un supuesto indigente.

Trataron de disimular, se dieron una vuelta antes de recolocar el recipiente, pero el hombre seguía allí, así que uno de ellos trató de distraerlo pero cuando su compañero logró volver a esconder el tesoro, el hombre tumbado se reveló conocedor del juego y les dijo: "Ya lo ha encontrado mucha gente".

Al igual que en la saga de Harry Potter, en la que se denomina "muggles" a los que no son magos, en el "Geocaching" los no jugadores son "geomuggles". A todos ellos se advierte mediante una pegatina adherida a los objetos de que no se apropien de ellos ni los tiren, puesto que se trata de un juego.

Así son las reglas de esta búsqueda del "tesoro", que cobra cada vez más adeptos entre los nuevos "piratas" del siglo XXI.