Con voz propia
Los lectores de DEIA podrán adquirir mañana el libro 'Ahotsak', que reúne los artículos que Unai Elorriaga e Irati Jiménez escribieron en Ortzadar
Qué tienen en común las palabras política, ducha, enfermedad, chimenea y física? La respuesta la tienen los escritores euskaldunes Unai Elorriaga e Irati Jiménez, pues ellos han ideado artículos en torno a estos y otros muchos conceptos. Como si de una bertso-eskola se tratara, fijaban un término y a partir de ahí, cada uno construía una breve pieza que se publicaba quincenalmente en el suplemento cultural en euskera Ortzadar, bajo el epígrafe de Ahotsak. Una misma palabra, dos puntos de vista diferentes, dos estilos, dos voces. Una selección de los artículos de ambos escritores se han recopilado ahora en un libro que publica la editorial Iparraguirre y que los lectores de DEIA pueden adquirir mañana por 4,95 euros, presentando en su quiosco el cupón que trae el periódico.
Cuando en mayo de 2010 el equipo de Ortzadar propuso a Irati Jiménez escribir en Ahotsak junto a Unai Elorriaga, admite la escritora y periodista mundakarra que fue "un honor", y considera su paso por Ahotsak como "un buen ejercicio" que le ha servido para plantearse temas que quizá nunca hubiera imaginado, "y publicarlo además en un formato original", apunta.
De la misma opinión es su vecino de columna. "Si no te planteas retos de este tipo, corres el riesgo de tomar siempre el mismo camino. Me gustó la experiencia de Ahotsak porque desconocía qué es lo que iba a conseguir crear a partir de una simple palabra", comenta Elorriaga. Además, el escritor no dudó en realizar algún que otro experimento. "En los artículos de Ahotsak he mezclado el ensayo y el cuento; y a parte de eso, en los mismos ensayos he combinado datos reales con otros ficticios", desvela.
Elorriaga se siente más que satisfecho con los resultados de su peculiar experimento. De hecho, su próxima novela se basará en parte en dos de los artículos que escribió para Ortzadar. Uno de sus favoritos es Beherakoa, que cuenta la historia de un hombre que reside en un vertedero. Irati Jiménez reconoce asimismo guardar especial cariño a algunas de sus voces, pero si tuviera que elegir solo una lo tiene claro: Aye, aye captain. La palabra clave que propició ese artículo fue amorrua (rabia, indignación, en euskera). "Cuando escribía en Ahotsak, miraba hacia mi interior y, más que relatos, me adentraba en paisajes de ficción y recreaba momentos, emociones... pequeñas secuencias", explica.
asomarse al abismo Con todo, la inspiración a veces se resistía y confiesa Jiménez que alguna vez sucumbió a la tentación de dejar el artículo para el último momento. "Te asomas al precipicio y piensas que algo te va a salvar allí", ilustra. Es lo que le ocurrió con la palabra gaixotasuna (enfermedad). Por su parte, su compañero Elorriaga recuerda que los términos odolbildua (moratón) y tximinia (chimenea) le causaron algún que otro quebradero de cabeza.
Después de un año alternando sus voces, Elorriaga y Jiménez se hallan inmersos ahora en otros proyectos. Él preparando su próxima novela y ella elaborando el guión de un cómic para la revista Xabiroi. Eso sí: han dejado Ahotsak en muy buenas manos. Los escritores Harkaitz Cano y Miren Agur Meabe destilan en Ortzadar la misma complicidad y originalidad que sus predecesores. "Forman una buena pareja literaria", convienen.